JUN110. LO QUE SE VISLUMBRA, de Marcos Santander Llona
«Dime Alicia, rica, hermosa niña ¿A dónde van todas las imaginadas vidas que anegan el azogue de un espejo? ¿En cuál de las dimensiones difusamente científicas del universo zurdo del otro lado permanecen sus habitantes hasta que se nos muestran frente a nosotros en el espejo? ¿Tienen razón las lamias cuando se miran en un espejo, sabiendo y queriendo del usufructo de la vida eterna? Y por otro lado ¿Fue la yod la que hizo que un espejo se manifestara vulgarmente caliente atrapando en su fuego eterno las vidas contrariadas de quien se pusiera a su alcance, en vez de soportar la culta y estudiada frialdad necesitada de tibio aliento de un aséptico espéculo vaginal tan poco apreciado por las que somos las entre todos nosotros?»
Alicia, deshizo con su dedito índice uno de sus tirabuzones tirando de un mechón y manteniéndolo separado del resto de su luminoso cabello, y con voz también sensual contestó.
«Siiiiiií, vale»