JUN112. TEMPESTADES MATEMÁTICAS, de Carolina García.
Nos conocimos en la bisectriz de 1991, y la atracción que sentimos fue directamente proporcional a la intensidad de las miradas.
Al principio nos inundaron las dudas, pero logramos despejar y resolver la incógnita.
Vimos pasar años en conjunto, perteneciendo al mismo destino y existiendo por el otro.
Pero algo cambió.
Un día me dijo que la raíz de su amor se había secado, que necesitaba restar monotonía y dividir los caminos, fraccionándome con un denominador de incontables cifras.
Todo cambió.
Hoy cargo trece julios de recuerdos en la nuca y en los hombros, siete primaveras invernales, cientos de madrugadas de oídos desconcertados, sin solución, por la falta de latidos bajo la fría piel de la almohada, e impares navidades que no encuentran circunferencias de burbujas en mi copa vacía.
Vivo entre una constante y el valle profundo de una parábola, garabateando el dolor con ochos tendidos y multiplicando oraciones para que vuelvan esa sonrisa simétrica, las pestañas paralelas y su corazón obtuso.
Y mientras busco un límite para esta desesperación, deseo fervientemente que me extrañe con igual intensidad de cálculo o, aunque sea, con un pequeño segmento de su recta solitaria.
No entiendo mucho de mates, no domino para nada la geometria, pero me encanta como has conducido esta ecuación de sentimientos, esos números emocionales, esos teoremas de vivencias. Las pestañas paralelas , las circunferencias de burbujas, la piel de la almohada, son metáforas preciosas. Tienes mucho estilo.
Felicidades.
Antonia: me alegra mucho que te haya gustado el relato. Esta historia no es una vivencia personal, pero un par de amores no correspondidos han hecho su parte. En mi caso la matemática es como una especie de formol para el dolor. Lamentablemente.
Muchas gracias por tu comentario, de verdad. Esta paga es enorme, y justifica por completo la participación en el concurso, más allá de cualquier resultado.
Un cálido abrazo.
Pues ahora me alegro yo mucho de como valoras mi comentario. Lo que es , es, y no hay discusión posible. 🙂
Otro abrazo.
Wow, me ha llegado Carolina: ritmo, estilo y mucha historia…
Enhorabuena por tu producto y ánimo que hay infinitas oportunidades… = )
Otro gracias enorme para vos, MILTY FLINN. Me alegra mucho que este relato que no conocemos más que yo y mi familia, le guste al alguien más. Y además, que tengan el hermoso gesto de expresármelo.
Saludos MILTY, y ¡¡¡gracias de nuevo!!!
Hola Carolina,
me gusta el cuento, aunar letras y cifras, muy bonitas metáforas. Tenemos algo en común, por si quieres leerme te dejo este link, fui finalista con una historia de este estilo.
Gracias.
http://www.yoquieroescribir.com/folio_en_blanco.php
Qué coincidencia, María Elejoste. Me gusta mucho cuando encuentro algún hermano mellizo para mis relatos. Le dan otra importancia y más belleza, por lo menos para mí.
Definitivamente tu conocimiento matemático es mucho mayor, te felicito por tu trabajo. Y te agradezco por tu comentario.
«Gracias por sumar».
Suelo leer todos los relatos, algunos sin querer los paso sin prestar demasiada atención… hay otros que en la segunda lectura me dejan poso. Este tuyo, hoy lo he apreciado en su justa medida. Muy ingenioso el juego de palabras con los números y formas geométricas. ¡Suerte!.
Muchas gracias, Anónimo.
A mí también suele pasarme lo mismo, y cuando presto más atención, a veces, lamento mucho no haberlos mirado con mayor detenimiento. Los disfruto igual, claro, sólo que un poco más tarde.
Me alegra que te gustara y más que me lo demuestres. ¡Gracias! Saludos.