JUN16. COMO UNA MOTA MÁS, de Alba Martín Gómez
Fuera sopla el viento de forma agresiva, casi voraz. Son las tres de la madrugada y el ruido del las tejas tintineantes no me deja dormir. Me asomo a la ventana y abro la persiana para ver mejor lo que pasa fuera. Las fuertes ráfagas arrastran hojas, arenilla y algunas bolsas de plástico, los árboles se agitan como movidos por una fuerza infernal, parece un huracán. Yo en cambio siento paz, me siento como una de esas motas de polvo, pequeña e insignificante, y siento envidia, me gustaría ser arrastrada por el viento como una mota más. Nunca conseguí nada de valor en esta vida, soy mediocre en todos los aspectos y lo que más daño me hace es no poder perder la esperanza de encontrar mi lugar. Este sentimiento me lleva a vestirme y calzarme, salgo a la calle. Quiero dejarme arrastrar por el aire y desaparecer. Empiezo a correr sin rumbo notando como el frío se mete en los huesos y llego a un descampado donde el viento sopla casi de forma cruel contra la arena desnuda. Me tumbo en el suelo, siento que me elevo y, ahora sí, soy una mota de polvo más.
Alba, si tu vida es como tu relato… no eres mediocre, eres CIEN.
Bonita personificación en el grano de arena. Suerte.
Gracias a ambos. La verdad es que me da un poco de vergüenza.
¿Vergúenza por qué? Nada de eso. Tu cuento contiene sentimiento y para volar primero hay que despegar. Sigue con esto, disfruta tú y disfrutaremos todos.
Un beso.