JUN164. MEJOR AL OTRO LADO, de Carmen Alba Cepeda
Cuando pasé por primera vez junto a aquel espejo que ocupaba todo un lateral del recibidor, sentí un escalofrío. A los pocos días, me instalé definitivamente en mi nuevo piso y el espejo pareció susurrarme la bienvenida. Poco tiempo después, una tarde, al llegar a casa, una fuerza irresistible me empujó hacia el otro lado de aquel objeto inquietante y me vi rodeado por seres fantásticos, algunos de lo cuales habitaron mis sueños infantiles. Habían preparado una fiesta para recibirme. Allí estaban los personajes de mis cuentos preferidos: Alicia, Blancanieves, brujas y princesas, ogros y príncipes valientes, conviviendo en armonía en un reino donde desconocían el egoísmo y abundaba la solidaridad. Enseguida me sentí parte integrante de aquel país maravilloso. Desde aquel momento, cuando vuelvo a mi hogar, atravieso el cristal para escapar de la anodina realidad. Quizá algún día, me instale definitivamente en el otro lado.
Siempre que no pierda el necesario anclaje con la realidad no me parece mala idea instalarse en el otro lado. La rutina se hace a veces insoportable.
Un abrazo.
Carmen, soñar es tan agradable y necesario que nos tienta con sus largos brazos. Ese final promete cambios. Suerte y saludos
Que bien, Carmen, que mundo más bonito has creado al otro lado. Ojalá puediéramos transpasarlo e instalarnos allí. Aunque mirándolo bien, ¿no es eso lo que hacemos cuando creamos estas pequeñas historias? Suerte y besos
Hola, Carmen.
No sabes cuánto me encantaría instalarme, en ciertas ocasiones, en ese otro lado.
Creo que has descubierto un camino hacia esas historias con las que crecimos: los cuentos de nuestra infancia.
Enhorabuena por tu micro.
Un beso grande y suerte.
Cuanto me alegro, Carmen, por haberte encontrado a éste lado del espejo. Espero que sigas sorprendiéndonos con tu relatos de la realidad cotidiana. ¿A quién no le ha susurrado un espejo aquello de atraviésame!
Mucha suerte y un abrazo.