JUN168. REFLEJOTERAPIA, de Miguel Ángel Page
[Se encomienda la lectura del texto frente a un espejo].
Enfréntate al espejo; deja de procastinar lo inevitable, actúa ahora. Encárate a esa máquina de fabricar arrugas en low motion y registrar –fútil– cepillados de dientes. Hazlo a solas. No busques misericordia en nadie. Justo ahí. Stop. Todavía no le preguntes nada, mírate sin más. Para eso estoy yo. Toma aire. No lo sueltes hasta sentir esa quemazón en el pecho que últimamente te sobreviene. Analiza cada centímetro de ti. Hasta que queme. ¿Te recuerdas? Parece que sigues ahí. Has cambiado, de eso no cabe duda. Sin embargo, no es momento de peinar tópicos. Quiero que te mires con los ojos del principiante, de quien se prepara para el baile de fin de curso, del que es frágil como el peciolo en otoño. Respira. No te retires. ¿Piensas que aún cuentas con el tiempo suficiente? Quién sabe. Ahora las hostias se toleran mejor e, incluso, tienes ya cierta capacidad para recibirlas y no caer. Mira más adentro. Conseguir todo lo que te propusiste se encuentra a la misma distancia que hace un momento. Pero algo ha cambiado. Has dado el primer paso levantándote. Quédate otro ratito y, simplemente, mírate.
Enfréntate al espejo; deja de procastinar lo inevitable, actúa ahora. Encárate a esa máquina de fabricar arrugas en low motion y registrar –fútil– cepillados de dientes. Hazlo a solas. No busques misericordia en nadie. Justo ahí. Stop. Todavía no le preguntes nada, mírate sin más. Para eso estoy yo. Toma aire. No lo sueltes hasta sentir esa quemazón en el pecho que últimamente te sobreviene. Analiza cada centímetro de ti. Hasta que queme. ¿Te recuerdas? Parece que sigues ahí. Has cambiado, de eso no cabe duda. Sin embargo, no es momento de peinar tópicos. Quiero que te mires con los ojos del principiante, de quien se prepara para el baile de fin de curso, del que es frágil como el peciolo en otoño. Respira. No te retires. ¿Piensas que aún cuentas con el tiempo suficiente? Quién sabe. Ahora las hostias se toleran mejor e, incluso, tienes ya cierta capacidad para recibirlas y no caer. Mira más adentro. Conseguir todo lo que te propusiste se encuentra a la misma distancia que hace un momento. Pero algo ha cambiado. Has dado el primer paso levantándote. Quédate otro ratito y, simplemente, mírate.
Curioso manual de autoayuda.
No hay manual; estamos solos ante el espejo.
Un saludo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Creo que al darle tanta importancia al espejo nos estamos quitando responsabilidades. Nosotros matamos, el espejo lo cuenta.
Un saludo, MA.
Juan M.
Sobre todo cuando no se busca el reflejo interior. Me gustó tu última frase. Saludos.
UN proceso evolutivo optimista. Empiezas duro,recriminando, un personaje que se castiga, pero… continúa viendo otras vías, los otros que lleva dentro, lo empujas y lo sacas adelante.
Me gusta es vital y es la lucha del día a día.
a partir de ya te persigo en tu blog: «Realidad Ilusoria» e invitado quedas al mío. No dudes en quedarte si ves algo interesante.
http://montesinadas.blogspot.com.es/
Abrazos y suerte Miguel
Siempre estamos a tiempo de ponernos delante del espejo y vernos con otros ojos.
Sé bienvenido a mi blog.
Un abrazo.
Gracias, Ana. Si te ha removido algo, ya me doy por más que satisfecho.
Un saludo
Miguel Angel, buena idea profundizar más en nosotros mismos. Que los errores no sean fracasos, sino experiencias. Tenemos que descubrirnos cada día un poco más, mirarnos en el espejo como tu dices con ojos renovados, saboreando el jugo de lo que tenemos tan cerca de nosotros y a veces no sabemos aprovechar.
Me ha gustado. Suerte y un saludo para ti.
Elena
Siempre hay tiempo para mirar de esa manera. Gracias por pasarte a leerlo.
Saludos, Elena.
Hola, Miguel Ángel.
Creo que es la mejor manera de mirarse en un espejo.
¡Qué bueno!, me encantó.
Suerte y un abrazo.
¡Qué difícil!, es realizar el ejercicio propuesto en tu relato.
Felicidades.
Ese segunda persona que se mete en el lector. Depende del estado de ánimo lo lees desde afuera y se entiende; si lo lees desde dentro, duele. Duela pues en muchas cosas ya no estás a tiempo, pero en otras sí. Lo fundamental es mirarse en la cartera de la vida y decidir en qué te vas a gastar las monedas que te restan. Suerte, Page. Este concurso se está poniendo difícil, y eso es bueno.
Creo que el ejercicio de la perlocución, el afán de influir en la volición del lector para moverlo a la acción, es el afán más ambicioso y a la vez más noble que puede tener la literatura. Por aquí ha pegado, sobre todo eso de que las hostias se toleran mejor. Es verdad. Gracias por dejarlo, es un alegato para compartir. Necesito una copia para llevar junto al espejito del bolso, que somos bien desmemoriados. Buenísima la intención y el registro. Un abrazo!