JUN170. AMOR DE PATIO, de Asun Gárate Iguarán
Ese día, después de ducharse, la mujer halló escrito «te quiero» en el espejo empañado. Era algo muy raro, porque vivía sola.
Pensó en su vecino. El hombre de bigote oscuro que salía al patio a fumar cuando ella colgaba la ropa. Una vez le dijo «bonito camisón», con una voz vibrante como de gondolero. En otra ocasión le aconsejó vestirse con colores más alegres, y le guiñó un ojo. Parecía lo bastante atrevido para alcanzar la ventana de su baño agarrándose a las cuerdas de tender y mirarla desnuda mientras se duchaba. Solo de pensarlo…
Se puso una blusa blanca y una falda gris. Se recogió el cabello en un moño. Sin embargo, al contemplarse en el espejo llevaba el pelo suelto y un vestido de flores, escotado hasta el inicio de los pechos. Y sonreía con los labios pintados. La mujer se vio como ya no se recordaba, como ya no se imaginaba.
Quizás el espejo tuviese razón y las cosas pudieran ser de otra manera.
Se soltó el moño y buscó aquel vestido en el armario. Se dibujó una sonrisa con carmín.
Y se asomó al patio dispuesta a quitarle las pinzas a su soledad.
Un bonito y esperanzador relato que se resume en la redonda frase final.
Sentir la soledad es triste. A veces un guiño, una palabra acertada en el momento preciso, es una luz que se enciende. La suficiente para sentirse y verse mejor.
Me ha gustado mucho.
Suerte.
Elena
El subconsciente hablando a gritos hasta que se sale con la suya. Buena puesta en escena, Asun, y a sonreir, que esto son dos días con antesdeayer.
Un abrazo.