JUN26. EL DESIERTO, de Miguel Suárez del Cerro
Cuando José y Carlos, dos niños de cuatro y siete años, despertaron aquella mañana, se dieron cuenta de que nada de lo que había a su alrededor se parecía lo más mínimo a su región. En vez de ver el enorme y florido bosque de cada mañana, estaban en un lugar desértico y que parecía llevar siglos abandonado.
Carlos, ¿dónde estamos?
Carlos no contestó, estaba tan asustado como él pero sabía que era mejor ocultarlo. Caminaron durante horas por aquel árido lugar hasta que en medio de una enorme polvareda vieron un poblado. Corrieron emocionados hacia aquel extraño lugar. Sin embargo, al llegar, vieron que lo que parecía un poblado solo eran ruinas manchadas de sangre. José se agachó a coger un trapo de colores del suelo que parecía una bandera extranjera.
Mira Carlos. Han debido traernos a este país.
Entre las ruinas se levantó un hombre y se acercó a ellos. Carlos y José lo reconocieron enseguida, era uno de los profesores de su colegio.
¿Sabe usted cómo podemos volver a nuestro pueblo? – preguntó Carlos esperanzado.
El profesor los abrazó y con lágrimas en los ojos les reveló que estaban en él.
Acabado de leer… no sé por qué unas lagrimas han corrido por mi rostro.
Sí, muy tierno y evocador. Suerte.