JUN27. CRISIS DE LOS OCHENTA, de Mayte González-Mozos
Nada más levantarse le ve. Mira al cristal de la ventana y ahí está. Cierto que es su única compañía. Pero también un acecho continúo. Qué este acoso siga el resto de la vida es lo inaguantable. Emprendió un viaje en barco, para huir de él, sin resultado; lo vio flotando, saludándole con su misma sonrisa, con la huella del tiempo en el acartonado rostro. De no ser por el temor a la guasa de sus conocidos, le hubiera puesto una denuncia por persecución nada más llegar a tierra. Un domingo por la tarde, ya hastiado por el acorralamiento, se fue a la feria de las afueras de la ciudad. Y allí también lo encontró, multiplicada su imagen en el pilar poligonal del tío-vivo. Viejo, descaradamente mirándole, con la corbata de flores que le regaló su ex para buscar trabajo. Entonces fue cuando se dio cuenta que él llevaba la misma.
bueno e inquietante. No ha sido necesaria la palabra «espejo» para sentirnos reflejados.
Suerte.
Gracias. Sí, tod@s en alguna época de nuestras vidas dejamos de aceptarnos.
Mayte, qué enigmático cuento con multitud de interpretaciones que se puede dar. El final me puso el pelo de punta. Interesante relato. Un fuerte abrazo,Sotirios.
Yo, que estoy en la crisis de los 60, Mayte, ¿Hay más crisis? ¿70? ¿80?. por lo menos espero no sufrir. Deja un regusto amargo.
Un beso
Gracias por vuestras visitas Ana U., Sotirios, Anónimos, y para Epífisis: bien sabes que crisis va unida a la condición humana. Para lo malo y lo bueno. En nuestra mente está decidir donde nos colocamos. En el caso del que hablamos, pienso, que si el prota tiene esa crisis de identidad a los 80, es porque no la tuvo a los 40 o 50. La evolución personal cada cual la lleva a su ritmo. Da que pensar el no reconocerse ante el espejo o en las fotos ¿verdad?
Suerte para tod@s.
Es difícil escapara de uno mismo, más si el otro te persigue. Buena historia.
Suerte y abrazo.
Gracias Mayte por tu inquietante histroria que termina siendo un episodio común en la vida de muchos. Habrá que cambiarse de corbata para afrontar mejor la vida y las crisis existenciales.
Un abrazo y gracias por compartir estos relatos.