JUN29. INTERIOR, de Miguel Ángel Cejudo López
No acostumbro a mirarme en el espejo y cuando lo hago es para apreciar mis defectos, que alguno tengo, e intentar pulirlos. Es un acto de introspección y también de representación; es bueno mirarse para adentro, hacia lo que no se ve, porque luego acaba por reflejarse. No acostumbro a mirarme en el espejo, y aunque sea invidente, debería hacerlo más a menudo.
Buen relato Miguel Angel, con un tinte inicial de reflexión que te hace pensar, pero con el demoledor giro final de un buen microrelato.
Mucha suerte. Un saludo.
Gracias por tus palabras, Alfonso.
Interesante relato Miguel Ángel, me gusta como la palabra «invidente» actúa como un interruptor que ilumina todo el relato. Un placer leerte!
Bueno, un poco o un mucho, todos lo somos!!! Gracias Tindaro!
Ese espejo interior al que nos asomamos menos de lo que deberíamos. Efectivamente todos lo somos en alguna medida, sobre todo cuando tenemos que juzgar lo que no es próximo.
Me ha gustado mucho este viaje interior.
Un abrazo y mucha suerte.
Gracias Juancho, se agracede!!
Has logrado un contraste tremendo con este micro. Me parece excelente la idea del espejo y el ciego para aludir hacia dónde realmente deberíamos mirar.
Un abrazo.
Gracias por tus palabras, Susana. Un placer.
Y otros, que no somos invidentes no vemos lo evidente de nuestro carácter y defectos. Muy bueno Miguel Ángel.
Un abrazo
Cuánta razón, Epífisis! Gracias.