JUN34. DEL LADO DE ALLÁ, de Antonio Toribios
Eladio abría el armario y se quedaba mirando el espejo de vestir. Más allá del azoque había un niño muy parecido a él, y más dentro aún una habitación como la suya, con la cama, la mesita, la lámpara y hasta aquel cuadro con la foto de boda de sus padres, donde lucían tristes, a pesar de los coloretes en los pómulos.
Se acercaba más, hasta tocar el cristal con la nariz, y se esforzaba en encontrar su propia imagen en los ojos del otro. Eso que su abuela llamaba “la niña” espoleaba su curiosidad y a la vez le inquietaba. ¿Cómo era posible estar allí tan pequeñito?
Miraba luego la foto de dentro del espejo y le parecía que sus padres animaban sus semblantes de cera invitándole a entrar, pero alargaba las manos y sus dedos se encontraban con la dureza fría e inmisericorde del cristal.
Así transcurrían sin pena ni gloria las tardes del verano, pero un domingo Eladio desapareció sin dejar rastro. La abuela lo buscó por todas partes sin hallarlo, hasta que miró el cuadro y una leve sonrisa se lo aclaró todo.
¡Qué misterioso y jovial te luce el relato, Antonio! Siempre tan agudo y a la vez tan flexible.
Un saludo, amigo.
Juan M
Gracias Juanma.
Me ha gustado la descripción de la habitación desde el espejo, y vi perfectamente ese armario y esa foto de bodas.
Felicidades.
Tremenda descripción, metes al lector en la historia de forma natural, en la historia y en el bolsillo .
El final, muy logrado.
Mi aplauso. Saludos.
Me alegro de que os guste. Saludos.
Me encanta lo bien escrito que está, la fluidez. pero sobre todo esa imagen de los padres que lucen tristes a pesar de los coloretes de los pómulos.
Enhorabuena Antonio
Sí, Arantza, es que me acordé de esos cuadros de los 50 en que las fotos son en b/n pero están coloreadas luego a mano.
Juego de espejos, de cristales, de miradas y un traspaso total. ¿Quien mirará ahora al que miraba, a través del espejo?
Me ha gustado participar en ese camino de luces y letras, situándome dentro de tu historia.
Felicidades y suerte.
Gracias, Antonia, debe de ser que los espejos siempre me han gustado. Y que dan mucho juego.