JUN38. RECUERDO DE FAMILIA, de Sara Lew
El viento, como la suerte, tiene rachas. Eso pensé cuando la pelota con la que jugábamos en el jardín cambió súbitamente de dirección y entró en la casa, destrozando de un golpe el jarrón chino del siglo XVIII. Era el único vestigio de la antigua riqueza familiar y que inexplicablemente la abuela se negaba a vender, a pesar de las penurias que pasábamos. Temiendo una buena reprimenda, Marcos y yo corrimos hasta el armario donde papá guardaba sus herramientas y escogimos el pegamento ultra rápido. Aun así la tarde se nos hizo eterna procurando juntar las piezas. Nunca supimos si fue a causa de los vahos que desprendía el potente adhesivo o era el jarrón el que se negaba a recomponerse. Nuestras manos se volvían torpes al intentar atrapar los dragones azules que escapaban de los trozos de porcelana, y que giraban enloquecidos por la habitación, junto con el espíritu del abuelo, aguardando a que una ráfaga de viento se los llevara.
Acabo de hablar del cuento se Sara de mayo y me encuentro esta maravilla de junio; esta vez Sara estará entre los elegidos. Qué buen trabajo, Sara, que envidia sana me despiertas; ahora, después de leído esto ¿quién se pone a escribir?
Genial, el detalle del abuelo es brutal.
Un beso
Me encanta
Paloma Casado
Otro micro perfecto, cómo se nota el nivel que hay por aquí. Me voy a empezar a desear suerte a mí mismo, porque vosotras y vosotros la lleváis puesta. Y me ha hechomuchísima gracia la odisea psicotrópica de los hermanos.
Sara, es maravilloso. Es fresco, delicado, delicioso. La imagen de esos dragones volando por la habitación gracias a las alucinaciones del pegamento no tiene precio. Y ese abuelo descubierto en el jarrón. Nunca defraudas, como siempre. Un beso.
Sara, pero ¡Qué relato más bonito has escrito! genial. Tiene todos los ingredientes para ser ganador, imaginación, ternura, inteligencia, ameno, muy bien contada la historia, muy original, no sigo… ¡Enhorabuena!.
Inquietante…la energía de nuestros ancestros palpita en cualquier lugar.
Felicidades.
Sara, una buena vuelta de tuerca tiene este relato que gira y gira. Me ha gustado como lo presentas y lo finalizas.
Tiene muy buena pinta el relato.
Suerte con el concurso.
Besos.
La verdad es que este concurso es muy inspirador, es como escribir tranquilamente en plena naturaleza aunque estando, a su vez, rodeado de gente. De muy buena gente.
Muchas gracias por vuestros comentarios.
Abrazos.
Felicidades Sara, realmente bella tu historia.
me gusto mucho este cuento por su gran frescura…
la imagen de los dragones volando con las cenizas del abuelo es una ocurrencia mágica…
Precioso relato inspirado en un viento suave de junio. Lo has bordado Sara, es ágil y fresco, como ya te han dicho. Y a mí me parece que sale del corazón, como todas las cosas que se crean para hacerse bellas.
Muchos besos.
Muy bonito Sara, una obra estupenda de verdad.
Un beso
Paloma Hidalgo
Me encanta tu relato, Sara: un poco de fantástico, un poco de macabro, un poco de humor y muchísimo talento.
Me fascina!
Me gusta esa realidad mágica llenas de dragones y de efluvios.
Abrazos y suerte!
Todos los comentarios anteriores me los apropio. Por elegir una palabra que resuma lo que me ha hecho sentir: Magia, en forma y fondo. Un abrazo.
Sencillamente genial, Sara, tanto la idea, como su construcción es brillante.
Enhorabuena y mucha suerte
Un abrazo,
Hola, Sara!
Estoy dando un paseíto por algunos relatos y me he quedado un ratito en el tuyo… felicidades!!! Muy bien construido y me ha encantado la mezcla de alucinación y realidad entre los dragones y el espíritu-cenizas del abuelo. Se intuye al decir que el jarrón era una pieza que la abuela no quería vender, pero en la paranoia de los niños se descubre todo el «pastel».
Enhorabuena y mucha suerte!!!
Saludos de
Marta
El viento de la libertad puede usar cualquier medio para devolver al infinito unos espíritus encerrados en porcelanas, finas, pero cárceles al fin.
El azul es el color de los sueños, esos que no se pueden secuestrar para siempre.
Magnífico relato.
Antonia
Gracias una vez más por vuestros amables comentarios.
Abrazos.
Un precioso juego onírico.
Buscaba mi comentario, y creo que te lo comenté en tu casa. Recuerdo que me gustó una barbaridad.
Acabo de mirar y tampoco te lo comenté allí. Por tanto me quedé con las sensaciones para mí solo. Quizá ha sido de esos días en los que blogspot me trató como un pordiosero… Recuerdo que esos dragones azules, lo abría querido para mí. Me encantó la imagen.
Me alegro de compartir esto contigo, Sara.
Un abrazo, o más.
¡Enhorabuena por este relato ganador!, pegste perfectamente los trocitos…
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¡Enhorabuena!