JUN47. LA CASITA DEL BOSQUE, de Òscar Pareja Bañón
Ellos, ya no estaban allí cuando la flecha de la veleta cambió de dirección bruscamente. Las ventanas no golpean sobre los desaparecidos marcos de madera. El viento silba entre las heridas abiertas que conforman la pared derrotada por el paso del tiempo. Una puerta intenta cerrarse. El bosque aúlla su nombre. Una lágrima se desprende del cielo, introduciéndose en el viejo y olvidado comedor. Restos de diferentes épocas son duchados por la presente tormenta.
Ella siempre vuelve a su dulce casita, aunque ahora sea un simple envoltorio arrugado de lo que una vez fue. Fantasea con los recuerdos de cuando vivía en aquel lugar y la casita del bosque resplandecía. Rememora a los niños que acudían a su puerta, atraídos por los olores y sabores que surgían de sus cuatro paredes. Evoca sus sonrisas, su felicidad, al probar aquellos manjares que la adornaban y que ella preparaba con gustosa satisfacción. Pocos regresaron a sus hogares. Sólo aquellos dos, los que la quemaron en el horno y se llevaron todas sus joyas, lo consiguieron.
Como sus recuerdos, ella desaparece en pequeños fragmentos de ceniza que se esparcen entre la bruma de la mañana, mientras el viento sigue bailando con la veleta.
Buena revisión de los clásicos y muy buen uso de la veleta como personaje. Y un acto de justicia para la ausente. Me gustó. Suerte.
Gracias,Pablo. Encantado que te gustara y de tus palabras.