JUN49. TRAMONTANA, de Yolanda Nava
La llamaban Tramontana. Nadie recordaba cuando le colgaron ese alias pero no hacía falta preguntar por qué. Ella rumiaba sus cosas en silencio, callaba y se comía sus desdichas sin alterar su aura de frialdad. Su tormento comenzaba al abrir las puertas de su casa. Allí se cocía su desdicha. Tramontana le odiaba, y a ella también por hacerse con su silencio cómplice. Cada día esperaba que fuese el último, soñaba con que todo cambiara, como la dirección caprichosa del viento. Tramontana soñaba con llamarse Levante.
Me ha gustado mucho Yolanda, Preciosa la frase final.
Todos deseamos lo que no tenemos o lo que no somos, incluso el viento. Un beso Yolanda y suerte.
Incluso para los vientos no deberían existir las fronteras. Evocador y emocionante. Suerte.
Relato sugerente, como los sueños, como los vientos.
Creo que no he sabido expresar bien lo que quería, lo que quise plasmar es la tragedia de una chica maltratada por su padre, que tiene el alias de Tramontana por ser fría como este tipo de viento, ella preferiría que le llamasen Levante, pues ese viento es cálido.
La próxima vez, procuraré expresadme mejor.
Un abrazo.