JUN60. AIRE LIMPIO, de Nicolás Jarque Alegre
Nunca me imaginé que aquella borrasca que anunciaba la televisión se acabaría convirtiendo en un huracán capaz de limpiar de mi calle a los camellos de poca monta, a los viejos verdes del parque, a los especuladores inmobiliarios, a las putas de las esquinas, a los abrazafarolas, a los violadores, al lobo feroz, a los estafadores, a los ladrones de guante blanco y a todo bicho viviente que ensuciaba el buen nombre del barrio. Desde entonces, es placentero observar como el torbellino que los apresó entre sus brazos los tiene suspendidos en el aire para exhibirlos ante los inocentes que sufrieron la inquina de estos desgraciados antagonistas. Lo único que le achaco a este viento redentor es que no haya podido aún cambiar al animal de mi padre, que sigue recluido entre estas cuatro paredes porque no se atreve a salir de su escondite. Pero saldrá, seguro, de eso me encargo yo.
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Qué buena imagen la de toda la «escoria» del barrio suspendida en el aire. Y como ese padre, muchos más seguro seguirán a buen recaudo.
Me ha encantado, Nicolás.
Un abrazo.
Sara, la verdad es que es muy visual esa imagen, ojalá pudiéramos verla algún día con más de uno. Pero esos padres o maridos maltratadores, ya saldrán ya.
Un abrazo fuerte.
Fantástico el final!! Lo que no haga el viento, lo harás tú!!! Como otro brazo «redentor», no???
Me ha encantado que hayas incluido al «lobo feroz» entre los malos malísimos del mundo real, al fin y al cabo, nos dedicamos a escribir cuentos, no???
Felicidades y un saludo!
Marta
Marta, si el viento no puede salvarnos, pues cada cual debe poner de su parte. El lobo feroz es un antagonista que siempre hemos odiado desde pequeños, se merece también estar suspendido.
Un abrazo.
Pienso como Sara, bicho malo nunca muere y muchos seguiran escondidos. Pero ya nos encargaremos nosotros de sacarlos y suspenderlos de algún sitio… Qué bien ese viento justiciero. Un abrazo.
Mar, es cierto, pero hay estamos los demás para sacarlos a la luz y con suerte para que algún viento redentor los aprese.
Un abrazo fuerte.
Muy bueno ese viento, qué pena que no se de una vuelta por nuestros entornos y los limpia de tanto ladrón de guante blanco. Es cierto que algunos no saldrán e intentarán salvarse, pero para eso estamos los demás, para empujarlos y sacarlos fuera, que den la cara.
Un abrazo Nicolás,
Yashira, por ahora no se la ha dado, pero creo que no tardara en hacerlo y sino lo provocamos nosotros. Basta ya de tantos personajillos que se llevan nuestras ilusiones por el sumidero.
Un abrazo fuerte.
Y con esa gotita de humor ácido bien tuyo. Viva la depuración.
Texto contundente y redondo.
Mei Morán, es cierto que salió ese humor ácido que me gusta incluir en los relatos, aunque te confesaré que no lo pretendía en un principio. Pero supongo que me envalentoné y…
¡Viva!
Un abrazo fuerte.
Imaginativo y visible el cuento. Ojalá soplen aires nuevos después de esta «crítica» tormenta porque el «parqué» está lleno de mamarrachos y aprovechados, mucho peores que los camellos y las putas.
Susana R., si creo que es visible, pues me gusta más ver los relatos que imaginarlos, a veces sale y otras no. Ojalá se diera como en este relato. Además bien dices que en los parques hay más seres nocivos que en los parques.
Un abrazo fuerte.
Ese final, ese ya me encargo yo, además de sacar sonrisas saca el alma del relato. Me gustó Nicolás, un viento así debería soplar de vez en cuando-y por mucho sitios a la vez- para que al mundo le fuera mejor.
Un abrazo
Paloma, sí es cierto, tenía que redondearlo de alguna forma y salió así.
Ojalá que así fuese, pero me temo que no va ser tan fácil, aunque poniendo cada uno de su parte, igual conseguimos un mundo mejor.
Un abrazo fuerte.
Nicolas, es muy bonito y cuando ya llego al tema del padre, no puedo evitar reirme a carcajadas. ¡Muy graciosa la terminación! y con respecto a lo demás prefiero no pronunciarme… ¡¿Quién no tiene un descosido en su vida?!
Ni tod@s son tan malos, ni tod@s somos tan buenos, creo yo.
Anónimo, coincido que hay personajes más nocivos para la sociedad que las putas por ejemplo, que en definitiva no lo son, pero las incluí en este relato por pura sonoridad literaria. Siento si he herido susceptibilidades. Todos tenemos cosas buenas y malas, se trata de potenciar las virtudes y corregir los defectos.
Abrazos.
Nicolas… yo no he hecho la menor referencia a ese colectivo de mujeres ni a ninguno en concreto, no me has herido en nada… cuando hablo de «descosidos» me refiero a los que podemos tener todos en general con respecto a muchos aspectos en nuestras vidas y recalco mi última frase, que todos podemos ser igual de malos que los del parqué, más bien creo que si nos pusieran a todos en las mismas circunstancias quizás no hariamos las cosas mejor que otros. Y ya que pones, de ejemplo las putas, creo que esas mujeres hacen un gran favor a la sociedad, primero a los hombres porque asi pueden acceder al sexo cuando lo necesitan y no hay engaños, y despues al resto de mujeres porque gracias a ellas, las demás sufrimos menos agresiones. Además todos vendemos de alguna forma nuestro cuerpo. Un saludo.
Spoiler:
Además todos vendemos de alguna forma nuestro cuerpo.
Destaco tu última frase Anónimo porque es la verdad más grande que he oído.
A las únicas que arrancaría del huracán es a las putas, que bastante tienen las pobres. Y lo del padre, genial, Don Jarque, genial.
Abrazos.
Don Flores, si yo también, pero en este relato me vino bien por la sonoridad literaria.
Un abrazo, Don.
Muy bueno Nicolás, pero opino lo mismo que Miguelángel, quitaría a las putas y metería a los chulos que las explotan.
Un saludo y suerte.
Muy visual Nicolás y muy quijotesco, como tiene que ser. Necesitamos tanto aire límpio…
Mucha suerte.
Un abrazo Escritor.
Me encanta esa frase final acompañada por ese viento que lo limpia todo. Muy visual y esperanzador.
Besitos
PD: Como verás te he hecho caso, ya he participado.
¡Crack tú!
Te lo mereces…Jarque 100 por 100.
Un abrazo.
Hola, justero.
Mira que encontrarnos por aquí. Papparazzo yo participé en julio y todavía no hice el de agosto.
Veo que has sido seleccionado.
Mucha suerte, Justero.