JUN63. MAL TRAGO, de Blanca Oteiza
Como una reina de corazones se sabe bella y presume como una duquesa en sus fiestas de anfitriona. Acaricia al gato, compañero en sus largas noches de soledad, donde triste añora las que tuvo de pasión desbordando el río del amor. Un conejo blanco aparece por detrás invitándola a seguirle. Duda, no sabe qué hacer. Va tras él. Se pierde en túneles de asfalto donde suena la música de algún garito sórdido. Una puerta se abre y sale un sombrerero quien con un guiño levanta su chistera y una explosión de color a modo de confites inunda el escenario como si de un mago se tratase. Edificios grises adornan las calles vacías donde la naturaleza asoma en forma de desnudas ramas de famélicos árboles que danzan abrazados con el viento. El rey de la noche sale a su paso ofreciéndola un vaso de aguardiente que le quema la garganta. Se queda muda, un grito se ahoga en su interior. Quiere gritar más fuerte, no puede. El gato salta de sus brazos en busca de un mejor refugio. Se mira al espejo y comprueba que todo sueño ha sido.
Gracias Ana,
Sí, me inspiré en el tema del mes para escribir el relato, tomando personajes del mismo. Es algo que no suelo hacer, pero en este caso me pareció una buena idea.
Me alegro que te haya gustado.
Un saludo, Blanca
En este texto, el ritmo y las palabras tienen más garra que lo que cuenta. A mí por lo menos me ha atrapado por ahí, Blanca, sin menospreciar el contenido.
Un abrazo.
Susana, tienes razón, creo que realmente lo que cuenta la historia es una mujer sentada enfrente de un espejo que divaga en sueños. He querido dar importancia a la forma de describirlo, al ritmo de las frases y palabras.
Un saludo, Blanca
Para mí este relato habla de la soledad, de la falta de estímulos y el deseo de nuevas aventuras que siempre son frenadas por el miedo a salirse de lo rutinario.