JUN73. UN POCO DE MAGIA de Paz Alvar
Cuentan que una vez, en el corazón del barrio judío de Paris, existió una tienda de antigüedades en la que los objetos elegían a sus dueños y no al revés. Tras el mostrador, envuelto en una luz ambarina, el anciano señor Herzog regentaba el negocio desde tiempos inmemoriales. Muchos encontraron allí la felicidad. Al señor Dupont, ávido lector y frustrado escritor, le cayó en las manos la novela más hermosa jamás escrita, cuyo final cambiaba según era su estado de ánimo. La señorita Dreyfuss, la eterna soltera más por obligación que por vocación, encontró un reloj que se retrasaba en los momentos felices, haciéndolos así más duraderos.
Dicen también, que el espejo de mi habitación procede de aquel mágico lugar. Mi abuelo lo rescató cuando los nazis desmantelaron la tienda y se llevaron al señor Herzog. En él puedo verte junto a mí, tan guapa como siempre. Te acercas por detrás sonriendo y me abrazas ladeando la cabeza, como solías hacerlo. Parecemos felices y eso me ayuda a soportar la inmensa soledad que siento desde que te marchaste.
Que bonito, Paz, con que elegancia has contado una historia tan original como mágica. Me quedaría con el libro,con el reloj y con el espejo. Qué más se puede pedir? Que tengas suerte y que ganes. Besos
Muchas gracias, Raquel. Quiero pensar que ese lugar existe. Sólo tenemos que buscar un poco para encontrar esas pequeñas cosas que nos hacen felices. Un beso.
Precioso y tierno relato que encierra una trágica historia, envuelta en un halo de magia para hacer la realidad más llevadera.
Me ha recordado LA VIDA ES BELLA de Roberto Benigni.
Me ha encantado. Suerte.
Un abrazo
Gracias, Mari Carmen. Es un honor que compares mi pequeño pedacito de magia con esa película maravillosa. Un saludo.
Un micro tierno sin caer en la sensiblería. Un cuento en toda regla. Me gusta. Nos sitúa en una época real, tangible, aunque se mueva entre magia, ilusión y fantasía (que tus palabras convierten en verosímil).
Un buen relato, Paz.
Saludos
Muchas gracias, Petra. Se me ocurrió encuadrarlo en el barrio judío de París, que es precioso y tenía claro que quería hacer algo relacionado con la magia. Me alegro muchísimo de que te haya gustado. Un saludo.
Muchas gracias, Ana. Me alegro que te haya gustado. Lo de ganador es muy difícil pues el nivel de los relatos es muy alto. Un saludo y gracias de nuevo.
¡Enhorabuena! ¡Me ha encantado! Es de esos cuentos que me hubiera encantado oír de pequeña y que ahora escucho con el calor de la nostalgia. Un saludo
¡Enhorabuena! ¡Me ha encantado! Es de esos cuentos que me hubiera encantado oír de pequeña y que ahora escucho con el calor de la nostalgia. Un saludo
Gracias, Alicia. Aunque tarde, me alegro de haber escrito un relato que te transporta con nostalgia a tu niñez. Un saludo.
precioso cuento, me ha encantado. Nuria
Gracias, Nuria y un saludo.
Claro que sí, un poco de magia. Estaría muy pero que muy bien lo del reloj, ¡con lo rápido que pasan los buenos momentos! Aunque también tendría su lado negativo, me temo. Te acostumbras a lo bueno y deja de tener magia.
Un abrazo.
No tenemos el reloj mágico pero podemos hacer algo con los buenos momentos: vivirlos con intensidad, saborearlos y guardar su recuerdo muy cerca para que nos ayuden a pasar los que no son tan buenos. Gracias y un saludo, Susana.
Cuánta magia y ternura combinadas con una destreza envidiable. Precioso relato.
¡Suerte!
Belén
Gracias, Belén. Me alegro mucho de que te haya gustado. Un saludo.
Precioso relato, emociona leerlo. Se me figura que todos llevamos un espejo así dentro de nosotros, en el corazón. Allí los momentos felices quedan guardados como tesoros.
Te felicito sinceramente.
Sí, todos debemos llevarlo dentro para que, como nuestro protagonista, podamos sobrellevar la soledad. Muchas gracias por tus palabras y un saludo, Asun.