JUN74. SOSPECHAS, de Concha García Ros
Sospecho de él desde hace tiempo. No me fío de sus buenos modales ni de su pelo engominado. Me repelen sus corbatas de seda y sus trajes caros.
Sospecho que planea asesinarme. Y nunca le cogerán, nunca encontrarán el cuerpo.
Hoy he sabido que mi fin está cerca cuando, al mirarme al espejo, el muy cabrón me ha dedicado una sonrisa almidonada.
Bueno, inquietante, Concha. Pocas palabras, como pocos gestos, bastan para percibir la realidad. Un saludo.
Juan M.
Gracias. A veces no conocemos al que nos mira desde el espejo…
Gracias Ana. El espejo nos conoce, nos puede revelar una traición hacia nosostros mismos.