JUN86. EN UNOS SEGUNDOS, de Pilar López
Los días para ella eran siempre iguales, trabajo, casa, casa, trabajo, clases de tai-chi, lunes y miércoles, y de natación, martes y jueves, cañas el viernes al salir del trabajo, sábado, cine y el domingo visita familiar, invariablemente, una semana tras otra. No tenía amigas, las tuvo, pero el tiempo y las circunstancias, las alejaron, no tenía relaciones sentimentales, no las tuvo nunca, demasiado común, demasiado tímida, demasiado lejana para los demás. Pero la vida depara muchas sorpresas, ayer saliendo de la panadería tropezó con alguien, al levantar la vista se sintió perdida, esos ojos color miel, esa sonrisa de disculpa, casi tiene que agarrase para no caer, ya en la calle el viento le golpeó la cara y al mirarse en el cristal, no se reconoció, en unos segundos había cambiado toda su vida. Apoyada en la pared, tomó aire y esperó su salida. Le dijo que sin el moriría, que su vida era la de él, que no podría existir sino dentro de su mirada. Ahora los dos son uno, un solo rostro cuyos ojos cambian de color según el amor con que los mires.
¡jo, Pilar, ya nos hay historias tan románticas como esta, queiro que siga¡