JUN90. HUIDAS, de Miguelángel Flores
Lleva toda la tarde mirándose en un espejo de mano. Se lo ha acercado su hermana para que se entretenga y no la moleste. Porque la pequeña, que se ha de quedar a cuidarla, lo que querría es salir a la calle a jugar a la charranca con las demás. Y asomada al balcón busca escapar entera a través de la mirada. Mientras la grande, condenada a permanecer por siempre tumbada, aprende a hacerlo por el espejo, por donde no necesita piernas que la sostengan. Cuando la madre regresa de limpiar escaleras ajenas, encuentra a una, ciega, con los ojos fugados tras un tejo de rayuela; a la otra, escapando, con la cabeza a medio devorar por el espejo. Y ella, que jamás supo hacerlo, huye con tan mala fortuna, que en lugar de hacerlo para afuera por la puerta, sale corriendo hacia dentro. Llegando tan lejos en su pecho, que nadie nunca más la encuentra.
Cada vez que apareces por aquí es un regalo para mí. El día que edites (es cuestión de tiempo) cuenta con una compra (o 6) asegurada.
Regalo es esto que dices de mí, lo de que si publicara, tú comprarías. Quizá no edite en la vida (y no me quita el sueño), pero este regalo tampoco me lo quita nadie ya.
Un abrazo,
¿Cómo lo haces, Miguelángel? Esa huida hacia adentro de la madre me ha hecho disimular un par de lágrimas que estaban a punto de asomarse. Es un micro que llega fuerte al corazón, por su hondura.
Un abrazo.
Creo que mi madre me hizo con linea directa a su pecho de por vida, y con el suyo, al de todas la mujeres. El mérito es de mi madre, Sara, yo sólo me dejo.
Gracias, guapísima. Un abrazo grande.
Relato impresionista, Miguelángel. ¿Tú te caiste en una marmita mágica de pequeño o qué? Quiero leer tu «Manual de instrucciones para escribir como Dios manda», haz el favor.
Un abrazo.
Seguramente mi manual se parecería mucho a tuyo, Susana, y al de todos los que aparecemos por aquí. Y es: escribe, escribe, diviértete, escribe, cágala (con perdón) muchas veces, escribe, olvida, escribe, diviértete y escribe para ti. Y así cada día. Por este ordén.
Un abrazo. Y enhorabuena, CAMPEONA!!!
En todo de acuerdo, hasta en lo que no hace falta perdonar, así es como se hace, no hay mas secretos o mejor ese el secreto de cuantos disfrutamos del placer de escribir
un saludo amigo/compañero/ cotripulante de esta nave
Una crudeza subrealista que deja un sabor amargo. Por cierto, juntar el nombre a ver si así me llaman por los dos me lo inspiraste tú, espero que no tengas copyright.
Cuando me lo dijeron, supe al instante que te había inspirado mi nombre. De hecho, mi primo siempre me decía: primo, no puedes tener una idea buena, que enseguida te la copian!!!
No, en serio, es broma.
Un saludo
Ufff. Tremendo. Eres un artista de la imaginación y la palabra y espero que llegues muy lejos porque lo contrario sería injusto.
Ojalá fuera tan bueno escribiendo como imaginando. Imaginando soy la hostia, pero no sé decirlo. En cuanto lo hago, no es.
Gracias, Ana. Un abrazo.
Pues menos mal que no sabes decirlo, majo…
Te aseguro que no es falsa modestia, Ana.
Un abrazo, maja tú.
Tu relato me parece un juego magistral entre la realidad externa de tus personajes y lo que ellos quisieran ser. ¡Me ha encantado!
María, no entra por el espejo la madre. Vamos, o no fue mi intención, pero, pensándolo bien, cada historia es de quien la lee, no de quien la escribe.
Efectivamente, Belén, lo que ellos quisieran ser. Siempre hay que arriesgar, no siempre puedes huir, y quien arriesga, gana o pierde.
Abrazos,
Miguelángel, me he quedado sin palabras al leer tu relato, pensando o más bien viendo esa escena inimaginable que tú, sí, has imaginado. Mi corazón sigue encogido y duele. Qué grande eres!!!.
Un abrazo.
Miguelángel, muy bonita la descripción de esa habitación tan llena de vida. Suerte y saludos
Yashira, hay miserias que a veces intuimos por algún detalle, alguna imagen, alguna escena… Y creo que esas miserias no difieren tanto de las que imaginamos.
De vida y de tristezas. Sí, vamos, lo has dicho perfectamente, de vida.
Dos abrazos,
Esos universos femeninos tan profundos. Y tú pareces ser un buen traductor de esos mundos.
Siempre tuya
Miguelángel, estaba viendo cumbres borrascosas por el plus y tanta tristeza me tenía acongojado(lo he escrito bien)y me he dicho voy a relajarme al blog y empiezo tu relato y difícil ver los límites.
Dan mucha pena, los dos y muy bien narrado, los dos.
Un abrazo.
pd lo último que he escrito son anacolutos?. Menudo palabro.
Me encanta que lo veas así, Mei. Es un grandísimo halago para mí, Mei. Me gusta mucho trabajar con personajes femeninos. Creo que eso se nota, el setenta por ciento de mis personajes son mujeres o niños. Y estoy siendo más consciente ahora que te lo digo. Jobar, es verdad!!!
Jo, pedazo peliculón, Epi!! Anacolutos?? Ande?
Buen micro, de los que merecen PREMIO
Te deseo suerte.
Siempre hay muchos que lo merecen. Pero, claro, no todos pueden estar. Ahora, prefiero siempre que se diga, cómo que no ganó este; a que se diga, y este, ¿cómo que gano? Eso siempre.
Un abrazo, Rosy
Miguelángel, me ha encantado, Tu imaginación y magia al escribir historias, te hacen una persona muy especial. Muchísima suerte. Un beso grande, grande.
Poco que añadir la verdad. Es muy bueno!!!!!
Un acto tan cotidiano, tanta gente necesitada y sin que nadie te ayude…Una mujer recortada al borde de traspasarse así misma…
Hermanas, vagas y juguetonas.. distantes.. Bueno, en pocas palabras.
Enhorabuena y saludos
Marta, me gustó mucho el viaje. Por entonces ya me gustó el caramelo de Madrid, pero tu conversación en el tren aun me supo mejor. Un abrazo, guapa.
A veces estamos más solos de lo que parece, Montesinadas. Uno cree estarlo un poco y, en ocasiones, lo está totalmente.
Quizá por eso es mejor escribir sobre ello. Es como cuando cuentas una pesadilla, si lo haces, ya no ocurre. Saludos.
¡Qué grande eres, Miguelángel! No me quedan palabras para decirte nada más sobre este maravilloso escrito. De verdad, una pequeña maravilla. Encantado de leerte.
Me gusta la que has montado, Miguelángel, pero me ha costado seguir la trama con tanto salto de personajes. Y es ese poner de la mente del lector (la mía) la traicionera. Como lo normal es la que la hermana grande cuide de la pequeña cuando me he perdido tengo que volver a leer, para comprender que en este relato es al revés. Cuando ya tengo asentada la situación sale un relato tremendo, triste, de fugas imposibles, como muchas fugas. Uff, que fuerte para leerlo, creo que vale por la misa de hoy. Pero qué bueno eres, jodio.
Gracias, Óscar, me sonrojas. Realmente, si uno lo relee varias veces, acaba encontrando grietas y más grietas…
Vale por la misa de hoy, nunca había oído esa expresión, Sr. Ximens. A ver si la puedo usar en breve, si no, se me olvidará. Por cierto, mira quién fue a hablar, que cada vez me gusta más, y no sólo a mí, tu escritura.
Dos abrazos.
Jo. Solo jo. No me sale más. Bueno , si: Re-jo, tri-jo, n-jo…
Paren el blog que yo me bajo.
No tengo sombrero, pero me voy corriendo a comprar uno para quitármelo, no te vayas, ahora vuelvo.
Pupa, que decía mi niña pequeña no hace mucho. Mucha pupa Miguelángel, y de la buena.
Obvia decir que aún así ha sido un placer leerlo.
Un abrazo
Qué graciosa, Eva. No te preocupes por el sombrero, me bastó con ese comentario tan espontaneo.
Paloma, hija, qué abandonaos nos tenemos… Si uno pudiera dedicarse sólo a esto de hablar, de visitarse, de opinar… Qué rabia no ser principe o consorte o tertuliano de un programa rosa, qué coraje.
Un universo en pocas líneas, hermoso, triste, tierno, irreversible.
Mi aplauso, dado otras veces sin que lo supieras.
Un abrazo también.
Virgi, me dejas ahí, pensando en cuándo habría aplauso sin sonido, desde dónde mirarías…
Aun así, me alegro que leerte cara a cara.
También, un abrazo.
Sin analizar demasiado, pero sí recordando los escritos que he tenido el placer de conocer, te digo que tus personajes siempre intentan o acaban escapando por las rendijas y los espacios más surrealistas, que suben y bajan, vienen y se van a dimensiones cercanas o lejanas, a lugares surrealistas o tangibles, y todos ellos aderezados con una ternura y un a tristeza optimista, ya ves tú.
Los patios, las terrazas, las mesas, los espejos, son los materiales para que los sueños, los tuyos vuelen y alcancen mundos que solo tú conoces y creas. Nosotros los disfrutamos , y por eso eres bueno, como escritor y como”fantasiero”.
En fin que me alegro de conocerte, de las dos maneras.
Un besazo. Y eso, que suerte, que la tienes.
Jajaja, qué buena eres, Antonia. Y qué bien sabes salirte por la tangente. Lo dicho, gracias por tu delicadeza.
Y gracias, por la reseña que has hecho de mis pegos en cuatro líneas.
Un abrazo enorme, hermosura de trenza blanca.