JUN98. RELIQUIAS, de Montse Aguilera Vives
De los cientos de trozos en que quedó dividido el espejo sólo fue posible salvar cuatro. El resto cayó al foso en el que hervía el aceite derramado por los guardias que resistían el asedio al castillo y allí se convirtió en lágrimas de plata ardiente.
Blancanieves, con un cabello que por fin honraba su nombre y un sobrio vestido de seda granate y plata, escuchó con una calma espectral las terribles noticias. Las cuatro esquirlas fueron colocadas ante ella sobre un cojín de satén, a la espera de su decisión.
Bien sabía ella cuán peligroso había sido el espejo de su madrastra de una sola pieza. La pequeñez de los trozos que le presentaban ahora no engañaba a la anciana. Si caían en malas manos…
Aún así fue incapaz de resistirse al embrujo embriagador de su promesa. Una de sus manos, de piel arrugada y llena de manchas, encarceló el trozo más grande, de unos ocho centímetros de largo, entre sus dedos retorcidos.
—Lanzad el resto al foso, por favor —murmuró.
Cuando los guardias marcharon a cumplir su ruego, su mano, temblorosa, la enfrentó con el más temido de sus deseos: el reflejo de una realidad alternativa e imposible.
El autoengaño. Me gustó.
Una historia muy bien encontrada y combinada, con un estilo muy efectivo. Gracias por tu micro y enhorabuena.
Original relato.Bien escrito, quizá como suele apuntar Susana, con menos adjetivos mejor, pero su narración es fluida y llena de frases bellas.Y el sentido o mensaje del relato, muy bueno.
Un saludo Montse y bienvenida.
Una versión en espejo del anillo del mal de Sauron. Al final, la vanidad y el poder pueden hasta con la buenecita de Blancanives. Me ha gustado mucho. Un perfecto reflejo de lo que, en el fondo, mueve a toda la humanidad.
Y aun así no fue capaz de resistir a la tentación.
Muy bueno Montse.
Un abrazo, suerte.