5. JUNTALETRAS (Paloma Hidalgo) FUERA DE CONCURSO
Mamen deja de leer la revista que olvidó en su casa la voluntaria de la Ong que lleva meses por el suburbio, enseñando a leer a los niños no escolarizados. Coge una tijera y corre hasta su habitación. Vuelve a salir al patio, guardándose algo en el bolsillo. Quiere seguir leyendo, pero su madre se abanica con ella. Protestando, la mujer cede ante la juntaletras.
Convertida en Carmen, décadas después, sube al escenario a recoger ese premio que reconoce su labor social al frente de una conocida marca de moda, afincada en una zona que antaño fue de exclusión social. Emocionada, saca del bolsillo de su chaqueta una cuartilla plastificada:
-“No se pierdan la camiseta decolorada de la niña, ni los rotos de su pantalón. Observen el deshilachado chándal del adolescente que la lleva de la mano. O los enganchones del jersey de la mujer sonriente, que abraza al hombre de la camisa sin mangas, ni cuello.”-
-Cuando acabé de leer aquel artículo al pie de la foto de mi familia, me fui a reparar mi pantalón, cosiéndole el trozo que corté de la funda del colchón de mi cama. La lectura me trajo hasta aquí. Gracias. Muchísimas gracias.
Tu relato resume bien ese refrán que aboga por «hacer de la necesidad virtud». El mundo de la moda es tan variopinto que, tal vez, el estilo de supervivencia que impone la necesidad algún día puede convertirse en tendencia. Pero como todas las modas (de la que la propia moda en sí no es ajena), resulta voluble. Lo que hoy parece válido mañana no va a serlo, aunque luego puede que regrese.
Tu protagonista tuvo la visión de entender que cualquier cosa puede convertirse en material dominante; además, es una juntaletras, un personaje de lo más completo.
Un abrazo y suerte, Paloma
Muchas gracias, Ángel, de parte de Mamen, que pasó de esa moda impuesta por las carencias (hablamos de muchas más de las que parecen evidentes) a imponerse un modo de vida acorde con sus sueños de niña que remendaba pantalones con fundas de colchón, bajo el poder del embrujo de la educación. Por supuesto, gracias también de mi parte Enteciano de Honor.
Un beso.
Ahí siempre está el arte, en la composición y eso viene de la imaginación y las ganas de crear.
Hoy es la ropa, mañana es un microrrelato… y así nos vamos moviendo por la vida. Si puede ser con optimismo, mejor que mejor.
Suerte Paloma. Un abrazo de primavera.
Muchas gracias, Mercedes, por leer y comentar. Y por recordar que el optimismo pone esa pizca de luz que a veces hace falta para ver la vida de otra manera.
Abrazo recibido. El que mando va perfumado de abril.
Hay momentos que marcan para toda la vida. Viviendo en la marginalidad, saber leer y escribir, y querer cambiar las cosas, puede abrir la puerta a la esperanza. Al final, la juntaletras vuelva cambiada a sus orígenes… para cambiarlos.
Un relato que funciona, Paloma. Escrito con gran sensibilidad, deja en el lector un efecto que perdura. Enhorabuena.
Un abrazo y mucha suerte.
Muchas gracias, Josep María. Totalmente de acuerdo con que hay momentos que marcan para toda una vida,y en que la puerta a la esperanza se puede abrir con más maña que fuerza.
Un abrazo.
Paloma tus letras siempre me atrapan. Menos mal que no concursa, porque sería uno de los elegidos, creo yo. Un abrazo.