32. K. y B.
K. observa triste su reflejo. Lo mira con atención y se sorprende al no reconocerse en él.
¿Qué te ocurrió anoche?
¿Por qué tuvo que pasar en la noche y no al abrir los ojos en esta habitación desconocida? Se pregunta.
Anoche, saliste de casa y aún no has regresado.
Su tristeza se derrite en marcas desmaquilladas que surgen de sus ojos hacia sus labios cansados, secos y necesitados de hidratación. Su oscuridad se torna gris.
¿Dónde estás?
Su reflejo le arroja el humo extraño de la hierba mezclado con tabaco que no posee pero sí reconoce.
¿Qué está ocurriendo?
B. mira su reflejo con una sonrisa y un cigarrillo en sus labios. Examina la perfección de su nueva obra. Le sonríe orgulloso.
Te transformas en quién realmente eres.
Observa la piel que ha reseguido con sus labios, con sus dedos. La que ha envenenado y venerado con su hedor esta noche.
En tinieblas
B. le da la espalda a su nuevo reflejo. Su sonrisa es triste. Es lo que resta tras abrazar la oscuridad e iluminarse un nuevo día.
¿Qué está pasando?
K. toca el espejo ante la huida de su reflejo. Y decide atravesarlo, aunque eso signifique
Desaparecer
Este relato me sugiere a alguien que ha sido mordido por un vampiro y en el proceso de transformación no se reconoce, hasta que finalmente su reflejo desaparece del espejo. O, quizá, son dos personajes que, desde dos dimensiones diferentes, se observan al abrirse un portal, que en este caso podría ser un espejo. Bueno, probablemente mi interpretación se aleja de lo que se quiere contar, es que a veces peco de exceso de imaginación. Interesante microrrelato, suerte.
Saludos.
Hola, Beto!!! Encantado que te hayas detenido a opinar. La idea es la segunda interpretación, dos personajes (victima y verdugo) se observan a través de un espejo. De ahí la sorpresa inicial del primer personaje. Y cómo decide seguir aquello que ha poseído (o fue poseído) durante la noche, aunque eso signifique su desaparición.
Un abrazo y suerte,
Marcel
Bien pensado, bien narrado. Te persigues a ti mismo, pero el resultado es un abandono del mundo real.
Ante la posibilidad que propones, alguno se lanzaría ahora mismo a atravesar al otro lado de ese espejo liberador.
¿Qué puede haber allí?
Suerte Marcel.
Hola,Ton!!! Gracias por las palabras dejadas y por tu lectura. La idea es un personaje que tras no reconocerse en un espejo se pregunta qué ha pasado y decide desaparecer con su reflejo, abandonar un lugar y entregarse a otro, completamente desconocido.
Un abrazo,
Marcel
Las historias de espejos siempre son apasionantes. Suerte, Marcel.
Hola, Lorenzo!!! Gracias por detenerte y opinar. Los espejos reflejan nuestra realidad y nuestras emociones y, en ocasiones, lo que no se ve de nosotros mismos y de la realidad. Y eso las hace monstruosamente interesantes y únicas.
Un abrazo,
Marcel
Las historias de espejos siempre tienen algo. Resuelves el relato sumiéndonos en el torbellino de dudas que se plantean a través de tus personajes. Mucha suerte 🙂
Hola, Juan Antonio!!! Gracias por detenerte y opinar. Gracias por los deseos. Los espejos nos permiten entrar en nuevos lugares y realidades. Crear nuevos espacios de posibilidades.
Un abrazo,
Marcel
Tras leer unas cuantas veces el relato (me ha costado ordenarlo en mi cabeza) y después de los comentarios concluyo:
A este le pasa como a mi en mi juventud cuando con alguna copa de más me miraba en un espejo…que mantenía charlas conmigo misma como si no me conociera.
Hola Reve!!! Encantado de tu comentario y de que te pararás a opinar. Puede ser, los encuentros nocturnos son aquellos que más variaciones provocan en nosotros (lugares desconocidos, cansancio corporal, malestar o bienestar, reflejos que no somos nosotros pero que algo nuestro ahí,…). «La noche que nos confunde»
Un abrazo,
Marcel
Me gusta tu idea y la posibilidad que plantea. Es cómo dudar entre qué es lo real: el original o su reflejo. Y, al no reconocernos, fundirnos, desaparecer. Un (+)+(-) = 0.
Hola, Isabel!!! Gracias por tus palabras prestadas. Gracias por detenerte y leer. Sí, a veces, no sabemos que es real, si lo que vemos o lo que somos o nos devuelven nuestros reflejos.
Un abrazo,
Marcel