Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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14. La bici del Ignacio

Si tú piensas mucho en una cosa, al final pasa. Yo imaginaba una bici como la del Ignacio de la calle nueva. Lo pensaba millones de veces al día. O más. Al levantarme, antes de comer, durante los anuncios de la tele. Y me dormía también con la bicicleta en el cerebro. Él me prestaba la suya algunas tardes, pero sin salirme de su calle. Lo hizo hasta que se fue al cielo y se la dejó.
Me lo contaron cuando su madre vino a casa. El Ignacio se había caído de la azotea, queriendo alcanzar un panal. Pero al cielo no llegó del rebote, como yo vi clarísimo; mamá me lo aclaró de una bofetada, allí delante. De los nervios. Traía la bicicleta para regalármela. Y a mí me pasó algo muy raro, me alegré con pena. Lloré y me preguntaron si no estaba contento, y respondí que sí. Pero si me hubieran preguntado si estaba triste, les habría dicho lo mismo. No sé si me explico. Ahora tengo bici, pero casi no la uso. Y es que si tú deseas algo mucho, mucho, cuando lo tienes ya no lo quieres igual, igual. Y al revés pasa lo mismo.

28 Responses

  1. Ton Pedraz

    Acabas de dar en el clavo. Nos resulta imposible valorar, disfrutar, eso que acabamos de conseguir. Somos miembros de una especie de por vida insatisfecha.
    Me gustó tu relato.
    Ton.

  2. me recuerda a Alberti y aquel fandango cantado por morente: «Deseando una cosa, parece un mundo, luego que se consigue, tan solo es humo»
    Tan solo es humo madre tan solo es humo
    Deseando una cosa parece un mundo.
    Abrazos máquina

  3. MªBelén

    Los deseos deben ser eso..deseos. Y con ellos sueñas, disfrutas, los paladeas en tu imaginación. Cuando se cumplen muchas veces no son como lo soñaste o vienen acompañado de algo que logra que no lo aproveches o goces.
    Un relato con sentimientos difíciles de expresar por parte de tu protagonista. Me gusta esa imagen inocente de pensar que de rebote iría al cielo.
    Contigo siempre se disfruta de la lectura. De hecho voy a volver a leerlo.
    un abrazo MiguelÁngel suerte.

  4. Blanca Oteiza

    Precioso relato. Cierto es que cuando consigues algo que deseas, deja de ser deseo y pasas a desear otra cosa.

  5. Paloma Casado Marco

    Qué bien se te da describir el mundo infantil y esas emociones contradictorias que sentimos a veces. Grande M.A.F.

  6. Calamanda Nevado

    Miguelángel, bonito y bien contado tu cuento. Trasmite la inocencia de los pocos años. Suerte y saludos

  7. María Rojas

    Un relato bien escrito y lleno de emociones. pobre, el Ignacio. Me gustan esas frases cortas, le dan agilidad y ritmo.
    Feliz verano.

  8. Leyendo tu relato observó un matiz importante que se confirma con la reacción y explicación del niño protagonista. Un niño majo, NO desea la bici del amigo, sino una como la del amigo, ese es el matiz que pone el autor, creó, para llevarnos por los derroteros de un relato triste, no cruel.

  9. Jo Miguelángel, qué historia, hasta me emocionaste. Los deseos se cumplen, claro, pero a veces a qué precio… Este niño tuyo lo descubrió desde muy jovencito. Precioso relato ¡¡Mucha suerte con él genio!!

  10. Javier Palanca

    «No hay nada más bello que lo que nunca he tenido, nada mas amargo que lo que perdí» Joan Manuel Serrat
    Yo ha habido un momento que me he ido por el remordimiento de haber deseado que el amigo se muriera y heredar la bici, pero parece que no iba por ahí.

    1. No no iba por ahí. Pero, vamos, que puede ir por dónde el lector quiera, que para eso ya es suyo.
      Pero esa estrofa de la canción resume muy bien los sentimientos encontrados de este niño, que más o menos es como todos.
      Gracias, Javier.

  11. Salvador Esteve

    Miguelángel, en un niño todos sus deseos y tristezas se procesan de forma diferente al tener pocas referencias emocionales. Esto forja su carácter. Muy bueno. Abrazos y feliz verano.

  12. Resulta que hago un comentario general agradeciendo a todos sus palabras, que es este que copio:
    «Cuando llega lo que cuentas a quien lo lee, ese es el auténtico triunfo del que escribe sin ser escritor.
    Gracias, amigos por vuestras palabras.
    Abrazos.»
    Pero cuando voy releyendo con los días y contestando uno por uno, mi mensaje se pierde y no se sabe bien a quién iba dirigido… Bueno, va dirigido a todos, les haya o no contestado a su comentario. Porque, además, me reitero en lo que dije.
    Dejo más abrazos y algunos besos.

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