18. LA BUENA ESTRELLA
Fortunato asistió a la fiesta en busca de los favores de una compañera de clase; sin embargo, ella no sentía atracción por él y le presentó a una amiga. Desde el primer instante, ambos sintieron una conexión especial, y Dulce, que a ese nombre atendía y con ese carácter trataba, demostró ser una persona excepcional convirtiéndose en el alma gemela que todos anhelamos y que pocos encuentran. Fortunato tuvo la suerte de hallar el amor cuando solo buscaba el cortejo.
Así comenzó su relación. La naturaleza despertó en ellos ese instinto gozoso que impulsa a la procreación. Aunque no era eso lo que habían planeado, la falta de precauciones los llevó inevitablemente a lo que suele suceder en estos casos.
Después de unos meses de angustia, temiendo que la llegada de la criatura truncara su futuro, finalmente nació la pequeña, y la alegría que ella trajo a sus vidas fue asombrosa. En su búsqueda de placer, se encontraron inesperadamente con un tesoro. La niña iluminó su matrimonio y dado que era un sol, decidieron llamarla Estrella.
(Con el tiempo llegó a estudiar Bioquímica y se hizo famosa cuando, investigando la estructura del ADN, descubrió, por casualidad, el sacacorchos para zurdos).


Uno busca algo y encuentra otra cosa inesperada. Cuando lo hallado mejora el objeto de la búsqueda inicial hay quien tiende a pensar que había un camino invisible marcado por una buena estrella. Solo es una percepción personal, sin pruebas a favor, pero tampoco en contra. Esos padres acertaton con el nombre.
Un saludo y suerte, Antonio
Tú siempre tan acertado poniendo los puntos sobre las jotas.
Gracias por tu comentario Ángel.
Un abrazo