81. La casa que habló
La casa comenzó a hablarnos el día que la estufa carbonizó las cortinas y fuimos desalojados por los bomberos. Mientras todos parloteaban apiñados en la acera de enfrente, yo estudié la fachada desde aquella perspectiva novedosa. Entonces, uno de los balcones del segundo piso descolgó la persiana en un guiño perverso.
—La ventana se abrió sola —justificaba, nerviosa, la abuela—. Y empujó la cortina hasta el fuego.
Nadie pareció creerle y, aunque el incendio había sido pequeño, el edificio humeó un tiempo, como si pensara.
Días después, regresando del colegio, descubrí en todo el exterior una única habitación iluminada. Su resplandor sonrojado persistió hasta la noche de los gritos. Vino la policía y hallaron dos cadáveres.
Comencé a parame delante y observaba sus ventanas bostezantes y las temblorosas cornisas. La puerta de entrada, tragaba o escupía gente y los faroles del zaguán parpadeaban un código indescifrable. Nos desprendía tejas al pasar y el viejo ascensor se atragantaba entre pisos.
La madrugada que huimos, al alejarnos, escuchamos las cañerías eructando y la caldera resonó como un caos de tripas. Mi hermana pequeña quedó enganchada por un pie en la puerta del garaje, pero corrimos y nadie se atrevió a mirar atrás.
Nos creemos los dueños de todo la Tierra, en especial del hábitat más cercano en el que nos movemos. Cansado de explotación indiscriminada, este edificio de viviendas, como si de un ser vivo se tratase, reacciona intentando expulsar a los molestos parásitos que poco a poco, lo deterioran. Es inevitable, me parece, ver el inteligente paralelismo con el planeta, al que maltratamos en nuestro único beneficio y sin visión alguna de futuro, una falta de respeto que compromete nuestra propia continuidad.
Un abrazo y suerte, Salva
Querido Ángel, siempre puntual a tu cita y siempre dando en el clavo. Este es un relato fantástico con una historia increíble en la que un edificio de rebela contra sus habitadores. Pero, como todabuena historia fantástica, ofrece un subtexto, una segumda lectura, que es la que en el fondo uno quiere que llegue. Enbeste caso es la revolución del entorno, del hábitat, contra el propio huesped. El paralelismo con el binomio Humanidad-Tierra es inevitable. Incluso cpn las víctimas que van quedando por el camino.
Gracias, amigo!!!