114. La cáscara de nuez de Alba
“Ondas —comenzó diciendo la voz de la radio—; el fenómeno de una vibración, el milagro de la energía transportada sin materia, el prodigioso viaje de una perturbación… En ellas se desplazan mi canción favorita y tu color preferido, el ruido del trueno y el fulgor de la estrella; mis pasos resonando en la escalera, tu imagen recortada en la ventana; nuestra barca, sin vela ni remos, despacio hasta la orilla… Con su ayuda y la del pensamiento, podría quedarme ciego y ver la realidad en todas sus formas y colores, quedarme sin habla y lanzar mi mensaje alrededor del mundo…, o, como dijo aquel príncipe indeciso, estar encerrado en una cáscara de nuez y sentirme rey de un espacio infinito…”
Nada había de revelador en estas palabras para Alba. Nada que ella no hubiera pensado otras veces. Y fue eso mismo lo que la mantuvo boquiabierta y expectante en la cama durante toda la emisión.
Esa noche no durmió. Su mente vagó inquieta, atropellada, impulsada por una ilusión sin límites. El amanecer la sorprendió decidiendo cambios. Una luz más poderosa de lo habitual alumbraba el interior de su envoltorio leñoso.
Enrique, vaya relato tan bien escrito y descrito, en el que la radio, tras emitir esas palabras, nos descubre lo que siente Alba en su interior.
Me ofrece una historia redonda.
Un fuerte abrazo.
Pablo.
Muchas gracias, Pablo. A veces necesitamos que algo venga de fuera a estimular el potencial que ya teníamos en nuestro interior.
Como siempre, una buena lectura por tu parte. Me alegro de que te guste.
Un abrazo.
Muy muy interesante. Mágico, también.
Felicidades y suerte, aunque a lo mejor no te hace falta porque con ese texto…
Muchas gracias, Luisa, por todo.
No hay duda de que hay mucha magia a nuestro alrededor, sin necesidad de fenómenos paranormales ni nada de eso.
Una abrazo.
Un relato evocador y buena prosa. Ay, ese envoltorio leñoso…
Felicidades
Pues sí, digamos que ese envoltorio es el eufemismo de una realidad poco favorecida. He preferido enfatizar las enormes posibilidades que siempre tenemos para escapar de cualquier atadura.
Muchas gracias, María.
Un abrazo.
Qué bien consigues que nos llegue esa emoción, Enrique. A través de unas ondas que dicen mucho más que las simples palabras. Es un pequeño gran texto que da para leer, releer y pensar. Besos y enhorabuena.
Muchas gracias, Belén. Me alegro de que hayas sintonizado con la idea. Lo cierto es que este texto a mí también me ha hecho pensar, escribir, reescribir, y así hasta casi darlo por imposible.
Un abrazo.
Ese envoltorio leñoso a mí también me ha llegado muy adentro. Bien narrado y, como dice Belén, da para varias lecturas y reflexiones.
Suerte y un abrazo.
Muchas gracias, Cristina. Quizá todos estemos encerrados en mayor o menor medida en algo así, si bien hay casos más evidentes y dolorosos que otros. Sea como sea, pienso que el aspecto más importante de la libertad está dentro de cada uno.
Un abrazo.
Buena reflexión sobre la radio
Saludos cordiales
Muchas gracias, María Jesús.
Me alegra tu valoracón.
Un abrazo.
Enrique, creas un ambiente tan mágico en tu cuento, que arasta hasta ese final tan abierto. Suerte y saludos
Muchas gracias, Calamanda.
Quizá todo cuanto nos rodea sea mágico, al menos en el dentido de poder provocar nuestro asombro. Y siempre hay un modo de disfrutar de la realidad independientmente de nuestras circunstancias.
Un abrazo.
Muy visual, casi se puede tocar todo lo que describes.
Mucha suerte.
Muchas gracias, Esperanza. Muy bonito esto que me dices.
Un abrazo.
Un texto muy bello.Un saludo ymucha suerte.
Muchas gracias, María José, por tu valoración y tus buenos deseos.
Un abrazo.
Qué alegría tu comentario, Ana. Muchas gracias por tu valoración y por tus buenos deseos, pero veo tantos relatos estupendos por aquí…
Un abrazo.
Unas ondas que propician que Alba, dentro de su cascarón, felizmente imbuida de una ilusión sin límites, crea que todo es posible. Si tus letras siempre me producen una sensación grata, esta vez me han dejado boquiabierto. Si creíamos que ENTC ya es un lugar de calidad consagrada, acaba de subir un montón de enteros con tu presencia. Podría seguir haciendo frases que comenzaran con «Si», pero no quiero abrumarte. Vaya relatazo, Enrique, no has podido tener mejor debut.
Enhorabuena. Un abrazo y suerte
Muchas gracias, Ángel. Y totalmente abrumado te respondo. Siceramente, me halagan muchísimo tus elogios (desmesurados sin duda), y más cuando no las tenía todas conmigo antes de publicar el relato, uno de los que más problemas me ha dado a la hora de construirlo y también a la de resolverlo. Muy bueno tu análisis como siempre. El poder de la mente es inmenso, pero las ondas pueden estimularlo con la información que transportan y servir además de vehículo a esta, para que así no tenga que ir a pie.
Un abrazo y gracias de nuevo.
En modo alguno puedo ser objetivo comentAndo un texto de Enrique, por eso me limitaré a decir enhorabuena. Pero enhorabuena a los que lo habéis leido, a los que habéis dedicado un minuto a deteneros en este precioso relato. Magnífico.
Un abrazo.
Bueno bueno, no sé ni qué decir. Te agradezco muchísimo este comentario tan entrañable. Merece la pena esforzarse un poco al escribir si luego tu trabajo va a ser leído por gente como tú. Seguimos en contanto, Miguel.
Un abrazo.
Me he sentido como Alba, expectante durante la lectura de este maravilloso trabajo.
Enrique, lo sabes, aunque últimamente nos nos vemos, me sigues encantando.
Un abrazo y te deseo ¡suerte! toda la que se merece este relato.
Muchas gracias, Rosy. Cuánto me alegro de verte y de ver que has publicado también. Mañana me paso y te comento. Siempre me han estimulado mucho tus comentarios; son tan sinceros y frescos como entrañables.
Un fuerte abrazo y mucha suerte para ti también.
Hola, Enrique.
Un primer párrafo hermosísimo que recuerda a esos programas de radio nocturnos donde la voz del locutor era la única compañía de tantos y tantos lobos solitarios.
El segundo, la simbiosis entre las palabras y la situación personal de Alba.
Y el tercero, quizá, una luz de esperanza para esa muchacha que está postrada en algún lugar oscuro.
Me encanta.
No te conocía, pero no creo que me despiste de tus letras.
Abrazos.
Hola, Towanda.
Muchas gracias por tan excepcional comentario. Solo con esta muestra tengo suficiente motivo para no despistarme yo tampoco de tus letras. Me alegro mucho de que te haya gustado. Como ya he comentado a algún compañero, no estaba muy seguro de este relato.
Hasta pronto.
Un abrazo.
Enrique, nos has hecho todo un tratado sobre las ondas con este sensacional relato. Vamos, que nos has dado a muchos «sopas con (h)onda». Además, me encanta cómo has encajado en el texto la frase «estar encerrado en una cáscara de nuez y sentirme rey de un espacio infinito…” de Hamlet.
La verdad es que la radio es para muchos el mejor antídoto contra la tristeza, la soledad, la ignorancia… Un rayo de luz que puede incluso reorientar la vida de algunas personas, como en el caso de Alba, la protagonista.
Como te han dicho otros compañeros, tu presencia en ENTC va a ser sin ninguna duda muy «Enriquecedora». Bienvenido y enhorabuena por tan buen estreno. Un abrazo.
Muchas gracias, Juana. Es una alegría que te haya gustado, aunque me parece que exageras un poco (etre otras cosas, no creo que tu relato esté por debajo del mío). Veo que has hecho una buena lectura, a juzgar por tu estupendo comentario, y estoy de acuerdo contigo en lo importante que puede ser la radio para muchos, en todos los aspectos.
Un fuerte abrazo.
Un cuento evocador, como la radio, como esas palabras desnudas que nos permiten elegir las imágenes. Suerte, Enrique
Muchas gracias, Concha. Es cierto eso que dices sobre la radio, al igual que los libros, la falta de imágenes hace que nuestra mente las cree a su antojo.
Saludos.
Una maravilla de historia. Un principio lleno de poesía, belleza y fuerza. Unas ondas que nos dejan expectantes e ilusionados, despertándonos esa luz que todos llevamos dentro y a veces nos olvidamos.
Felicidades Enrique, un trabajo muy cuidado y minucioso.
Un abrazo grande.
Muchas gracias, Belén. Vaya análisis más bello. Todos necesitamos estímulos alguna vez, unas veces en forma de información nueva y otras, como tú bien dices, en forma de luz que ilumine lo que ya teníamos dentro.
A mí me estimula mucho esta opinión tuya.
Otro abrazo grande para ti.
Muchas gracias, Belén. Vaya analisis más bonito.
Todos necesitamos estímulos alguna vez, bien como información nueva que nos haga recapacitar, o bien, como tú dices, en forma de luz que ilumine cosas que ya estaban dentro de nosotros.
A mí me estimula mucho tu opinión.
Otro abrazo grande para ti.
Sólo me ha faltado escuchar el tono de tu voz, Enrique.
¡Enhorabuena!
Un cálido e ilusionado abrazo.
¡Pues menos mal, Margarita! Mi voz lo habría estropeado todo, sin duda, jajaja.
Muchas gracias por tu cálida visita.
Otro abrazo en concordancia con el tuyo.
Completísimo relato.
Por una lado, tenemos un bello homenaje a la radio, con muchos y variados matices, y que consiguen algo sorprendente, dar forma a algo tan incorpóreo como es la magia de la radio.
Por otro lado, tenemos a Alba, un personaje delicado y soñador, encerrada en sí misma.
Y por último, la resolución (esperanzadora) del conflicto interior de la protagonista.
Mis felicitaciones por tu brillante estreno, Enrique, y también un abrazo.
Magnífico análisis, Carles. Muchas gracias por tu generosa opinión. Me gusta mucho también cómo describes las circunstancias de la protagonista. Es algo que he dejado abierto a la imaginación de cada uno, pues esa prisión puede ser de muchos tipos pero tener las mismas consecuencias.
Gracias de nuevo y un abrazo
Magnífico. Toda la primera parte la he escuchado más que leído, de tan radiofónica como me ha parecido.
Felicidades. De los que llevo leídos, el tuyo es el que más me ha gustado.
Muchas gracias, Anna. Un comentario de los que te suben la moral. Muy amable por tu parte.
Saludos.
No tengo perdón, por poco se me escapa este gran relato sobre la radio, pero ante todo sobre la ilusión y la superación, la magia de la vida. Me ha encantado, Enrique. Un abrazo y mucha suerte.
Muchas gracias, Salvador. Yo si que no me habría perdonado perderme un comentario tan gratificante. Me encanta además la estupenda síntesis que haces de mi intención.
Te busco y te leo si tienes uno tú, que ando un poco a salto de mata, y cuando puedo, y seguro que me estoy perdiendo muy buenas historias.
Un abrazo.
Jajaja, vaya despiste, Salvador. Resulta que ya comenté tu relato, magnífico por cierto. Nos leemos.