26. La chica del cuadro (Patricia Richmond)
Me llamo Emilie y me he metido en tu sueño para pedirte que vengas a rescatarme.
Desde hace setenta años vivo recluida en el búnker en el que los nazis me escondieron junto a otras obras de arte. Porque soy un cuadro, pero no uno cualquiera. Yo tengo alma, la que Gustav me robó para impregnar con ella su lienzo. “Eh, Klimt, la chica de tu cuadro habla”, solían decirle.
Necesito que encuentres la botella…
Perdona mi impaciencia, tú no conociste a Paul, mi valiente piloto de la RAF.
Los aliados descubrieron dónde se escondía el botín saqueado. Y Paul partió con el mapa de su ubicación hacia Londres, donde le esperaban para salir a recuperarlo.
Cuando volaba sobre el Canal de la Mancha se desató una fuerte tormenta eléctrica que inutilizó el motor de su Spitfire. Sabiendo que no tenía salvación, reparó en la botella de Burdeos que llevaba a los compañeros del aeródromo. La descorchó, saboreó todo el vino y metió dentro el plano. La lanzó al mar antes de que su avión se estrellara frente a las costas de Guernsey y desde entonces la mecen las olas, jugando con ella.
Encuéntrala y ven a buscarme. Te espero.
Interesante, parece el prólogo de una novela, o el resumen de un guión cinematográfico.
Felicidades.
Gracias, Asun. Si es que siempre me pasa igual. Quiero contar mucho y 200 palabras son las que son.
Un abrazo sin resumen. 🙂
Hola, Patricia.
Me seducen mucho este tipo de relatos en los que se mezclan los sueños con la realidad.
Un texto que me ha encantado.
Besos.
Gracias, Towanda. He querido intentar que el lector se sintiera protagonista de una historia que se le cuenta para que actúe.
Abrazos.
El título me ha recordado a ‘Le Tableau’, una película de animación francesa sobre personajes de cuadros en busca de su autor:
http://www.filmaffinity.com/es/film562278.html
http://www.youtube.com/watch?v=YCELba2z1Tk
Luego la historia no tiene que ver.
Pero me ha encantado tu relato, una señal de SOS entre sueños.
Felicidades y Suerte.
Besos 🙂
Al escribirlo, tengo que confesarte, que me he acordado mucho de la semana que pasamos el año pasado escribiendo juntas el relato de nuestra medalla dentro de otra botella. Que divertido fue y qué bien nos quedó.
Un abrazo muy fuerte, Esperanza.
A mi me sugiere una historia epistolar. Si no se encuentra la botella dan ganas de responder con otra carta y no perder el contacto que esa «obra de arte». Mucha suerte.
Gracias, Juan Antonio. Y qué buena idea.
Abrazos.
Muy original, bélico y sensible a la vez. Me dan ganas a mí de buscar esa botella, colgar el cuadro de Klimt en mi cuarto y conversar hasta el fin de mis días con esa chica provista de un alma pictórica. Un abrazo.
Ja, ja. Cuidado, Ángel, que, después de 70 años sola, tendrá muchas ganas de hablar y puede matarte la cabeza.
Besicos.
Muy original y bonito tu micro, con misterio incluído. Suerte.
Besicos muchos.
Gracias, Nani. Me gusta lo del misterio.
Abrazos para ti.
Que sola se tiene que encontrar ese alma esperando que alguien encuentre el mapa en la botella! Me ha gustado la emoción que me transmite.
Isabel, tú sí que me has emocionado con tu comentario.
Gracias.
precioso relato
Muchísimas gracias, Carmen.
Un abrazo.
Los sueños, cuando son recurrentes, causan desasosiego.
Cuando vaya al mar este verano, miraré por ver si encuentro la botella.
Me da lástima el pesar de la chica del cuadro, hasta que no la rescaten estará presentándose en sus sueños.
Suerte, Mª Jesús.
(ah, y gracias por tu comentario en cincuenta… servitud)
Servitud, encantada de conocerte y leerte. Tu relato tiene muchísima fuerza y me encantó.
Gracias por comentar el mío.
Abrazos.
A mí me apasionan las historias de cuadros que cobran vida. El principio de tu historia me ha recordado al final del retrato oval de Poe. Muy buena, yo la pondría en la selección del mes. Suerte.
Gracias, Lorenzo. Con lo que me gusta Poe y no me acuerdo del retrato oval. Ahora mismo lo repesco.
Un abrazo.
Ay, Ana. No tengo ni idea de por qué me cogió ese tamaño de letra y no he sabido arreglarlo. Pero… ¡mola!
Jams, lo puedes arreglar cuando quieras.
Gracias, Ana.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Quiero presentaros a Emilie, la chica del cuadro:
http://www.klimt.com/en/biography/1899—1910/details-klimt-bildnis-der-emilie-floege-1902.dhtml
Los relatos sueños son, Patricia. Y tú lo sabes bien.
Me ha gustado, un relato lleno de imágenes y misterios!
Un saludo! 😉
La soñadora profesional te da las gracias, Marca!
Un puñadico de abrazos.
Patricia, en los sueños todo es posible, es verdad. Ese SOS, quiza adquiera un importante contenido, es como una llamada de rescate, en su vida. Nos dejas espacio para elegir; y eso es bueno. Suerte y saludos
Así es, Calamanda. Cualquiera que sea la interpretación que cada uno haga, la llamada está ahí.
Un abrazo.
Patricia, me da miedo el mar, pero me embarco ya mismo. Me ha recordado una película que vi la semana pasada, «Monuments Men», que trata del expolio de obras de arte por parte de los nazis. Me ha gustado mucho. Abrazos.
Salva, tu miedo es lo más bonito de todos vuestros comentarios.
Besos!
Acabo de conocer a tu Emilie, con esa cara, que de historias bonitas se pueden contar. Una la tuya.
Un beso
¡Gracias, Epi!
Una montaña de abrazos
¡Mágico! Desde luego Emille es tan seductora que dan ganas de dormir para encontrarla, aunque mejor me pongo en marcha para buscar la botella. Me ha gustado mucho Patricia. Enhorabuena!
Gracias, Jero. Viniendo de ti, es todo un halago.
Un abrazo.
Muy original el relato.
Me ha gustado esa mezcla de ficción, realidad.
Un saludo
Gracias, Blanca. ¿Ficción, realidad? Quién sabe…
Abrazos.
Un relato onírico con bastantes referencias reales. Dan ganas de seguir leyendo, de descubrir el misterio, de rescatar a Emilie para disfrute propio o para compartirla. Enhorabuena Patricia. Besos.
Gracias, Juancho. Desde nuestro mundo onírico, Emilie y yo te deseamos mucha suerte para que tu calma no sea pasajera.
¡Abracicos!
Un relato que inquieta y te deja con ganas de más. Ya no sé si lo he soñado o lo he leído realmente. Muy bueno Patricia, nos tienes mal acostumbrados.
Un abrazo microlunático
Gracias, Tindy. Sigamos microleyéndonos mientras soñamos.
Abrazos macros.