95. La cita
Él colocó con cierta torpeza el narciso en su ojal, como habían acordado antes de su encuentro, al que se dirigió lentamente. A pesar de la inquietud, consiguió saborear cada instante del camino, con la ilusión dibujada en el rostro.
Ella enlazó su escasa coleta casi albina con una cinta amarilla y también se dirigió a la cita, hecha un manojo de nervios, con pasos cortos e inseguros.
Tras semanas de miradas de soslayo y tímidos roces ya no podían esconderlo más, necesitaban hacer público el amor que se tenían, sin importar la desaprobación de todos por su edad.
Y así, cada uno desde un lado del recinto, sorteó ejércitos cruzados y rayuelas hasta llegar al otro, al fin, en el centro del recreo.
Muy bien llevada la historia de esta cita romántica, en la que el lector va imaginando a unos jóvenes al principio, a unos ancianos después, para acabar descubriendo la tierna edad de los protagonistas.
Suerte con estos enamorados, Nuria.
Besoooos.
Muchísimas gracias, Carmen. No sabes lo que me alegra haber conseguido el efecto buscado. Me quedo feliz.
Besosss gordosss.
Cruzar el patio de un colegio en pleno recreo es una tarea de riesgo, esos ejércitos cruzados y las rayuelas que hay que sortear describen muy bien la situación, a la que se podrían añadir cañonazos inesperados de balón de fútbol. Pero ya se sabe que el amor todo lo puede y todo lo vence, incluso atravesar un área en eterno conflicto y no hacer caso al «qué dirán», críticas por la corta edad incluidas. Me has recordado una cita que me contó mi hijo mayor que había tenido en el recreo, cuando era pequeño, estaba ilusionadísimo.
Un relato tierno y simpático, en el que el motor de la ilusión es otro personaje más.
Un abrazo, Nuria. Suerte
El patio de un colegio es un terreno complicado, no cabe duda, y a esa edades, en las que los adultos creemos que son tonterías, se puede vivir el amor intensamente, a su manera.
Muchísimas gracias por pasarte, Ángel.
Abrazo fuerte.
Me ha intrigado desde el primer momento hasta llegar al final donde, por fin, desvelas quienes son esos dos enamorados. Solo conozco dos textos tuyos: los dos muy originales y muy buen trazados.
Muchísimas gracias por tus palabras, María. Es un placer leerte siempre. 🙂
Besosss
He cruzado ese patio con el relato. Un beso.
Ohhhh Maite… Precioso comentario. No sabes cómo me alegro.
Besosss
Torpeza, ilusión, nervios e inseguridad antes de una cita que lo es todo para los protagonistas. Tu relato lo muestra con gran sensibilidad. Y no importa la edad ni las miradas llenas de prejuicios. Muy bien dosificada la información hasta la sorpresa del desenlace. Enhorabuena.
Un abrazo y mucha suerte.
Me alegra saber que se ve lo que pretendía. 🙂
Muchísimas gracias Josep Maria.
Abrazosss.
Una cita a ciegas infantil, que sorprende por la originalidad en su desarrollo y su descubrimiento final.
Mucha suerte, Nuria.
Agradezco muchísimo tu comentario María Jesús.
Saludos. 🙂
Nos has llevado de la mano hasta descubrir la edad de los protagonistas que tienen una cita en el recreo.
Muy buen relato, Nuria. Te deseo muchísima suerte.
Besos apretados.
Me alegro de que se vea. Muchas gracias, Pilar.
Besosss
Me ha pasado como a Carmen, paseando por las edades distintas hasta ese final tierno y esperanzador. Me ha enganchado, muy bueno. Suerte y besos Nuria.
Muchísimas gracias por tu comentario, Pablo. 🙂
Besosss