15. LA DUDA
No ha sido por las treinta monedas de plata. Tampoco por el desencanto de ese reino prometido que, como el horizonte, nunca llega a alcanzarse. Ni siquiera por sentirse menos querido que otros discípulos. El motivo fue esa voz sobrenatural que se abría paso entre sus sueños: “haz lo que se espera de ti”.
A pesar de su reticencia a cumplir con el mandato, comenzó a urdir un plan: mostrarse en público demasiado crítico con el Maestro, demasiado interesado por el dinero, parecer dispuesto a dejarse comprar…hasta el acuerdo con los poderosos del Sanedrín y el prendimiento en el Huerto de los Olivos.
Pero cuando lo besa para señalarle, descubre a un hombre solo, resignado a su destino. Siente entonces el peso de la culpa y duda si su traición es voluntad de Dios o del Demonio.
Qué difícil es saber qué es lo correcto. Hay quien cree necesitar que alguien o algo le diga lo que tiene que hacer, que marque su camino para no equivocarse, la senda más apropiada entre todas las posibles. Judas escuchó una voz poderosa, pero puede que solo fuera la de su propia maldad. Esa duda inicial, sobre si hizo lo que debía, o no, puede que derivase después en la certeza de un error que le llevó, después, a quitarse la vida.
Interesante reflexión de un conocido personaje, sobre lo que pudo pasar por su cabeza.
Un abrazo y suerte, Paloma
Hay que tener cuidado con las voces: te pueden llevar a la hoguera o al frenopático. Un interesante acercamiento a la figura de Judas, tan baqueteado el hombre… Un abrazo y suerte.
Genial vuelta de tuerca a la traición de Judas, Paloma. En realidad, él hizo lo que se esperaba de él. Quizás si no lo hubiera hecho quizás ese hombre solo hubiera muerto de viejo, sin pena ni gloria, y no se habría liado semejante quilombo.
Un abrazo y suerte.
Paga su pecado de hacer caso a voces en sueños con el remordimiento y la duda, que no es pena ligera. Has hecho una interesante versión de una historia conocida.
Si al apóstol traidor le hubieran entregado por adelantado el guión de la función, quizás habría rechazado el papel. Pero esa ya sería otra historia.
Mucha suerte!
Cabe la posibilidad, siempre, de una segunda y hasta tercera interpretación. Si bien es cierto que Judas pasó a la historia bíblica como el que traicionó al «Hijo del Hombre» no sería menos cierto según los textos bíblicos que todo estaba previsto y, por tanto, alguien tenía que hacer el papel de malo para que se cumpliese la voluntad divina. También es cierto que el arrepentimiento atravesó su corazón y lo pagó muy caro, por tanto, no podemos juzgarle por entero ya que se nos escapan datos, como bien nos has mostrado en tu bien plasmada historia.
No es fácil siempre determinar lo correcto ni saber a qué amo servir, aunque las consecuencias de una decisión puedan ser tremendas.
Buen relato, Paloma, como todos los tuyos.
Un abrazo.
La culpa acompaña nuestras vidas. Desde San y Eva la venimos arrastrando. Pienso que en parte, es una forma de control de la sociedad.
Tanto pecado, ni tanto pecado!
El personaje de Judas siempre ha llamado mi atención.
En tu micro presentas un personaje atormentado y confuso. Al final, arrepentido.
Mítico y sin necesidad de nombrarlo. Qué bueno. Saludos.
Sabe que no es correcto lo que está haciendo, por eso duda. Es un gesto tan humano que, como suele suceder con el resto de los humanos, termina cediendo a la incorreción. Por eso Judas pasa a la historia (su minuto de gloria), si no hubiera traicionado a Jesús, nadie sabría quien fue este apóstol. Muy bien narrado, Ángel. Un abrazo.
Perdona, Paloma. He puesto Ángel por error. Me dirigía a ti. Soy nuevo en esto. Sorry!