16. LA ESPERANZA ES LO ÚLTIMO QUE SE PIERDE (A. BARCELÓ)
Cuando la piel de muchos de los habitantes de La Esperanza comenzó a tomar un tono verde fluorescente, la pequeña, deprimida y olvidada población se convirtió en centro de atención de todo el mundo.
Miles de estudios, especulaciones y teorías de la conspiración concluyeron que la razón era la extraña mutación de un gen responsable de la pigmentación de la piel, aunque nadie fue capaz de dar una explicación a por qué solo afectaba a los habitantes autóctonos de aquella localidad.
Aquel suceso significó el resurgir de un pueblo sin futuro, condenado a la desaparición. Los visitantes comenzaron a llegar en tropel atraídos por el misterio y la curiosidad, la economía se reactivó y la curva demográfica invirtió su devastadora tendencia.
Un grupo de prestigiosos biólogos ha consensuado que lo sucedido en La Esperanza debe considerarse como el primer caso de respuesta genética humana, de carácter evolutivo, forzada por la necesidad de adaptación a los cambios socio-económicos del mundo actual.
Los tópicos, como las leyendas y los refranes, suelen encerrar, al menos, una parte de verdad. Si a ello unimos la fundamentada creencia de que las casualidades no existen, un pueblo llamado La Esperanza, condenado como tantos a la triste y temida despoblación, tenía que resurgir con el color verde como estandarte. Otra máxima que se cumple siempre es que la naturaleza es sabia y sabe apañárselas para que sus criaturas se adapten a toda circunstancia, poco a poco o, como es el caso, con una rápida mutación, obligados por la necesidad.
Un relato de lo más imaginativo, que quizá inaugure un género nuevo, el de la biología-ficción, con la propia esperanza como si fuese otro personaje más, quizá intangible, pero imprescindible. Que no la perdamos nunca. Si para ello hay que ponerse verdes, nos ponemos.
Un abrazo y suerte, Ángel
Hola, tocayo. Me abrumas con la insinuación de que pudiera haber inventado un género nuevo, ja,ja…
Yo he vivido en una ciudad desde que nací, pero me encanta el ambiente rural y, siempre que puedo, no dejo de acercarme a conocer los magníficos pueblos que tenemos a lo largo y ancho de toda nuestra geografía. El panorama que encuentro en algunos es desolador. A largo plazo, nos daremos cuenta del patrimonio humano, histórico y de vida que estamos perdiendo, ojalá seamos capaces de actuar antes de que sea demasiado tarde: «La esperanza es lo último que se pierde».
Muchas gracias por todo, tus comentarios son un tesoro para todos los que habitamos esta página. Un cariñoso saludo.
Parafraseando lo que suelen decir los biólogos sobre la naturaleza, podría decirse que en este micro, en ese pueblo de nombre homónimo, la esperanza se abrió camino por el sinuoso y transitado camino de la genética, que no es poco. Y por eso la esperanza, que es lo último que se pierde, no se perdió, al contrario…
No cualquiera sabe darle carnadura a los refranes, y de forma tan creativa, lo cual habla muy bien de vos, A. BARCELÓ.
Decir que me gustó es quedarme corta.
Cariños,
Mariángeles
Hola, mi amiga argentina. No se explicarte por qué, pero hay personas a las que te sientes más próximo que a otras. Eso me ha pasado a mí contigo desde el principio, hemos conectado muy bien.
En mi tierra, La Mancha, somos muy de refranes y a mí me gusta utilizarlos constantemente, por eso aprecio mucho lo que apuntas acerca del ser capaz de darles carnadura.
No sé cómo agradecer tu comentario, así que, como sé que eres una apasionada del verde, te devuelvo todos los cariños que me envías envueltos en un lazo de color esperanza. Un abrazo.
Gracias por elegir el verde “esperanza” para tratar el despoblamiento rural.
Me ha encantando. Mila
Hola, Milagros. No podía ser otro color que el de la esperanza, ¿qué otro si no? Muchas gracias a ti por leer mi relato y tener la amabilidad de comentarlo. Un cálido saludo.
Pues no te vayas a creer, porque con la ingeniería genética al alcance de algunos bolsillos, ya estarán pensando en qué inventar para atraer, destacar y comerciar. Ojalá todo lo que nos suceda sea puro azar o adaptación natural, pero me da en la nariz que no se van a cumplir todos mis deseos al respecto.
Muy original tu verde ¿ blandiblu? Jajaja.
Feliz finde Barceló. Abrazos.
Hola, Mercedes. Yo también me temo que la Ingeniería Genética va a tener un papel muy importante en la evolución de las cosas y lo más seguro es que no salga gratis.
Muchas gracias por tu original valoración. Otro abrazo para ti.
Ángel, este relato trata temas muy serios y actuales (la huida del medio rural al urbano, la posible manipulación de la ingeniería genética, la comercialización de cualquier novedad ue resulte rentable), pero los envuelves en la pura magia de la adaptación genética al medio, creando seres fabulosos de verdes fluorescentes. No perderemos, pues, la esperanza. Podemos dar un rápido salto evolutivo con tal de sobrevivir y no perder la esperanza.
Original y mágico. Suerte y un gran abrazo.
Hola, Carmen.
Yo no soy contrario a los avances científicos, soy temeroso de sus malos usos. En lo que se refiere a los cambios tan grandes que se están produciendo, no podemos hacer sino adaptarnos y, a la velocidad que marcha todo, cuanto más rápido mejor.
Gracias y mucha suerte para ti también. Un abrazo.