10. La Evacuación de Dunkerque
El soldado apareció cojeando, con un rifle como muleta, en la calle principal de Dunkerque. Su maltratado y abollado casco lo transportaba en la mano izquierda para no apretarse los vendajes que le cubrían el pálido rostro empapado por la lluvia y la sangre. La bandera de su regimiento, agujereada y chamuscada, la llevaba enredada en su brazo derecho.
Dijo llamarse Antoine Hinault, del Quincuagésimo Regimiento de Infantería, y también dijo que los Aliados habían sido machacados por los 7.000 cañones alemanes en la Batalla de Francia, y que debían presentar batalla para que los demás fugitivos pudieran escapar sin problemas.
La Operación Dynamo se ejecutó con una letal rapidez. Los aldeanos montaron resistencia en cada puerta y en cada ventana con ayuda de los regimientos británicos, y prepararon una calurosa bienvenida a los nazis. Al fin, cuando el pueblo fue completamente arrasado, el plan de evacuación había resultado un éxito. Las bajas entre la aviación alemana eran importantes, y muchos de los hombres que habían montado resistencia pudieron ser evacuados.
Cuando el pueblo se une no hay ejército que valga.
Un abrazo.
Jayro, tu cuento me deja el sabor de una cronica de guerra tocada con matices periodisticos. Suerte y saludos
Hola Jayro,
Tu relato te espera en Melotemía. Espero que te guste la música que le acompaña.
Un abrazo.
Todos a una. Un relato-crónica que apunta hacia la épica. Mucha suerte 🙂