5. LA FUERZA DE LA VOLUNTAD
Elisa regresaba a Colombo desde las tierras altas del té, en el corazón de la isla de Ceilán. Cansada del mediterráneo paisaje de fondo de todos sus veranos, este año decidió romper la hucha. Tuvo que sobrevolar medio mundo para conocer esa isla que, desde siempre, le había atraído al abrir los atlas. Una lluvia monzónica desdibujaba el paisaje y humedecía la despedida. La carretera descendía brusca hacia el mar dibujando grandes curvas en zig zag. En la primera apareció un niño, ya calado hasta los huesos, ofreciéndole un ramo de flores intensas, como la isla. No se fijó mucho, ensimismada como estaba en sus propios pensamientos. En la siguiente curva de nuevo un niño empapado vendiendo flores, ¿el mismo? Ahora Elisa se fijó en su raída camiseta, y su enorme mirada oscura. Y en cada curva de nuevo aparecía, delgado, moreno, sin jadear a pesar de las carreras atajando por la jungla. Curva y niño… En un impulso Elisa pidió al conductor, ¡Ranjid, please stop! Y bajó del coche para encontrarse con la sonrisa más inmensa,
-¿Do you want flowers?
– ¡Claro…!
Precioso Reyes. Tierno, visual, acaba con una sonrisa… Mucha suerte 🙂
Gracias Juan Antonio, ¡lo que ocurrió es real!
Reyes, vuelta de tuerca a la leyenda urbana de la chica de la curva. Por otro lado, si como tú dices ocurrió de verdad, me produce escalofríos, a no ser que fueran sextillizos, jajaja. Me ha gustado. Abrazos.
Buen micro. Ese niño, era la situación de muchos menores. Saludos
Hola Salvador….bueno, un poco menos terrorífico que la leyenda de la curva, aunque un poco triste tambien por la situacion de muchos niños….porque noe ran sextillizos
Gracias por tu comentario
Gracias David, sí, refleja la lucha para sobrevivir, o sacar algun dinerillo, de muchos niños. En este caso me conmovió su perseverancia
Reyes, tierna historia rodeada de misterio y pobreza. Suerte y saludos
Gracias calamanda
Vaya, por fin se vajó!! Es mu bonito tu cuentito. Suerte.
Besicos muchos.
¡Claro que se bajó! ¿es lo que esperábamos todos, no? El cuento pedía un final así
Gracias, Nani
Hola Reyes, te escribo estas líneas para pedirte disculpas por el comentario que te hice anteriormente. Al ver el de los compañeros hice una segunda lectura y evidentemente hice una interpretación errónea de tu relato. Está claro que intenta reflejar el contraste del turista que va a pasar las vacaciones y la triste realidad de muchos niños de lugar. Disculpa otra vez. Abrazos y suerte.
No te preocupes Salvador, hay veces que leemos rápido y además los micros siempre encierran bastante en pocas palabras, y hay veces que se escapa. Gracias por tu aclaración
Muy bonito y muy visual, todos vemos a este niño ofreciendo flores.
Felicidades, me encantó.
Gracias Asun por comentar, me alegra que hayas podido ver esta imagen, porque era así, intensa, colorida, y cargada de emociones
Hay tantos niños delgados , morenos, en el mundo de desigualdades que vivimos que muchas veces no sabemos si es el mismo u otro. Muy bonito.
Un saludo
Si, la verdad es que hay niños supervivientes para elegir….pero Elisa se fijó en que era el mismo ( si no mi relato cambiaría, ja ja)!
Gracias por tu comentario
Eso sí es fuerza de voluntad por ambas partes, sobre todo cuando te va la vida y el hambre en ello. Suerte, Reyes.
Gracias Lorenzo!
Precioso final feliz!
Aunque comprarle las flores en poco cambiará su vida, ¡al menos eso se merece! Gracias por comentar Isabel
Reconozco que incluso me ha emocionado un poco. Bien por Elisa. Seguro que la sonrisa del niño era más bella que las coloridas flores.
Un abrazo.
¡Seguro que lo era! Muchísimas gracias por tu comentario, Ines, para mí es el mejor cumplido que mi relato te haya emocionado un poco
Preciosa historia! Me ha encantado.
Un saludo
Gracias Blanca!
Enternece y pese al desenlace esperanzador para el niño,también duele la realidad de esa infancia que es propia de muchos países.Me gustó mucho.Saludos.
Muchas gracias Macarena!
Has sabido dar una pincelada de ternura en un asunto demasiado doloroso. No deberían existir esas desigualdades entre los distintos mundos, todos los sabemos, y sin embargo, lejos de reducirse, cada vez son mayores. Está claro que algo estamos haciendo mal.
Felcidades Reyes. Besos.
En este relato he intentado este toque de esperanza, ¡al menos le compra las flores! frente a la impotencia que se siente ante situaciones como esta. Comprarle flores arregla poco, pero al menos le alegra un instante, y sonríe….
gracias por tu comentario
Tierno relato de sonrisas, niños y Flores.
Abrazos.
Gracias por tu comentario Maria
Muy tierno. Me has llevado contigo a Ceylán. El Niño sabe que el que la sigue la consigue.
Un saludo.
Ceylan merece la pena, como tantos países, y a pesar de que hay demasiados niños que tienen que buscarse la vida y asumir responsabilidades más grandes que ellos
gracias por comentar