80. LA FUGA
Aquel jueves de febrero el río se salió de madre. Anegó los campos aledaños, las huertas, la calzada principal.
– ¡Al percherón del Gregorio se lo lleva la corriente! –grita un mozo asustado.
El pueblo entero se congrega para observar la tragedia. El carro embarrancado en mitad del lodo, las bridas rotas, el viejo que lucha por sujetar al rocín. Al final, las aguas impetuosas ganan la partida y se cobran su presa de un tirón.
– ¡La jodía que lo parió! –maldice el Gregorio al verlo alejarse.
Tan solo Lira, la niña que habla con los animales, entiende lo sucedido. Sin ser vista se escabulle de la muchedumbre, echa a correr cauce abajo, hasta dejar el pueblo tras de sí. Se detiene junto a un meandro y silba tres veces. Una explosión de burbujas anticipa la emersión.
– ¿Viste con que sutileza roí las riendas? –relincha el potrillo.
–Para quitarse el sombrero –responde Lira.
Sin más se lanza a las aguas turbias y se sube a su grupa.
Llevaban mucho tiempo planeando esta fuga.
Muchas gracias por tu comentario y tu consejo, Juan,
muy generoso por tu parte!
No obstante, si consultas el término «emersión» en la rae, verás que da cabida a dos acepciones:
1.
astronomía
Reaparición de un astro después de un eclipse u ocultación.
2.
física
Aparición de un cuerpo en la superficie de un líquido en que se hallaba sumergido.
Así que, en principio sí que encaja perfectamente la opción por la que opté en primera instancia 🙂
Un saludito afectuoso y feliz año nuevo!