60. La Gloria no está en el cielo (Homenaje a la más grande)
Phyllis Turnbull, escucha el motor de la Vespa doblando la esquina de la castellana. Presumida, se pinta por última vez los labios ante el espejo y desabrocha un botón más su camisa, como si mostrar la vertiente de su escote fuera una casualidad no estudiada.
Se asoma a la ventana y ve a su poeta de guardia descabalgarse de la moto. Se sonríen ante la atenta mirada de las vecinas. Su amor, además de incomprendido, es un secreto a voces.
Una vez en su apartamento, se besan como si en sus bocas no pudieran nacer ya más versos, se acarician y son poema, se miran y sus ojos, pecado, el roce de su piel, la Gloria.
¡’Ya sé, ya sé!, dice la poeta interrumpiendo ese momento y encaminándose hacia la Olivetti. Ya tengo el título “Pecábamos como ángeles”. Enciende un pitillo y el humo se funde con la velocidad de sus dedos.
Phyllis suspira y se encamina a la cocina convencida de que nuevamente la comida y su piel, se quedarán frías.
No es fácil ser musa
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Es muy hermoso este homenaje y está maravillosamente escrito. Una ficción narrada que es pura poesía. Qué digo… ¡es pura historia de amor!
¿Poesía y amor no son sinónimos?
Gracias Manuel. Un abrazo
Una mujer comprometida, una biografía interesante. Ser etiquetada como poeta para la infancia limitó injustamente su obra en una sola parcela. La persona a quien más quiso le sirve de inspiración en tu relato. Ella entiende, aunque algo haya de resignarse, que los autores son peculiares y que sus momentos creativos han de respetarse. Ser musa quizá sea un honor, pero sin duda, no debe de ser nada fácil, como no siempre lo es convivir con artistas inquietos, que anteponen sus arrebatos creativos a cualquier otra necesidad.
Un homenaje de lo más interesante, con escritoras que son a la vez personajes.
Un abrazo, Raquel. Suerte
Gloria es una MUJER así, en mayúsculas. Quizá la historia la está poniendo ahora en el sitio que merece, ya era hora.
Su musa tiene, como todas las musas, la hermosa responsabilidad de hacerle alcanzar al poeta la inspiración y los éxitos, aunque para eso tengan que aguantar en muchas ocasiones pasar de persona a personaje.
Gracias Ángel. Besos
Precioso homenaje a Gloria Fuertes. Yo tuve el honor de conocerla. Vino a mi Colegio Mayor a dar una charla e incluso me contestó a unas preguntas para una entrevista que debíamos entregar en la Facultad. Fue todo un honor poder hacerlo y fue encantadora con las estudiantes de Periodismo que le molestamos. Se merece cualquier homenaje que se le haga. Gracias por tu relato. Un beso de otra Gloria. ?
Qué suerte. Me hubiera gustado estar allí contigo y conocer a la otra Gloria.
Los homenajes se le quedan pequeños.
Besos
Raquel, bonito homenaje a esta singular poeta, tambien tube el gusto de conocerla y oirla recitar con la misma originalidad que escribía. Suerte y saludos
Me quedo más con su escritura que con su forma de recitar, aunque he de reconocer que esa voz rota posiblemente por el tabaco, le hacía aún más irrepetible.
Besos
Precioso homenaje Raquel. En su día tuve el atrevimiento de imitarla para homenajearla, ¡Me gusta tanto! Ahora he vuelto a editarlo en mi blog.
De nuevo felicidades, es precioso.
Besicos muchos.
Me daré una vuelta por tu casa para leerlo.
Un abrazo
Qué difícil y más entonces.
Hace bien poco descubrí su nombre, me picó la curiosidad y descubrí bastante poco.
De Gloria conocía (y todavía conservo) sus poemas infantiles. Los de temas más serios, comprometidos los descubrí a la vez que descubría a la musa. No sé si fue casualidad.
Un gran homenaje a ambas.
Felicidades
Supongo que éste año sacarán alguna biografía más y podamos descubrir más cosas de Phyllis, que además de musa fue mentora y quizá la persona más importante en la vida de Gloria.
Un saludo.
Este es uno de esos que me hacen decir: ¡wao, qué relatazo! Excelente microrrelato.
Saludos.
Y tu comentario me hace decir, ¡Guau, qué majete Beto!.
Graciaaaaaas
Me parece muy bueno Raquel, me encanta cómo relacionas datos reales con el relato. Para mí, perfecto!!
Mucha suerte Raquel!
🙂
Gracias Sandra. Me apetecía hablar de ella, creo que éste país no ha sabido compensar nunca a esta escritora.
Hola, Raquel, un precioso y acertado homenaje, me uno a esa admiración por Gloria Fuertes.
Suerte y un abrazo grande.
Jo, qué bonito. Tan emocionante es ser poeta como ser musa cuando he leído tu relato. Me alegro mucho de que este año se este homenajeando a Gloria, porque parecía que había quedado en el olvido. Una buena aportación la tuyan a este año glorioso. Besos y mucha suerte.
Me encantó tu relato aunque confieso desconocer a Gloria, por estos lares nunca la oí nombrar, pero despiertas mi curiosidad y buscaré algo de ella.
Muy sentido homenaje.
Un abrazo y suerte.
No es fácil ser musa, ni poeta, ni escribir esta historia. Con tu permiso, me sumo al homenaje a esta escritora que acompañó mis primeras lecturas.
Un saludo, Raquel