55. LA HOJA EN BLANCO (JM)
En media hora recibiré el premio Nobel ante un público convencido de que todo ha sido fácil, un sendero de éxitos y gloria, pero no, no ha sido siempre así, y por eso estoy aquí dándole vueltas…
Al acabar mi primera novela, en casa valoraron el esfuerzo, pero como si hubiera terminado un puzle de quinientas piezas, y no tardaron en recordarme que estaba en deuda con los quehaceres pospuestos:
—A ver quién recoge el garaje —escuché decir.
Luego vinieron los primeros reconocimientos visibles cuando mis nuevos libros se exponían en los escaparates, pero la respuesta fue tibia también:
—Ah, muy bien. Pues ya que estás ahí, sube naranjas.
Cuando ya era incuestionable el éxito, aún hubo tiempo de percibir que dejar mi trabajo anterior para dedicarme a escribir suponía un riesgo doméstico:
—Bueno, con lo que gana tu mujercita hay para los dos—me dijeron.
Hoy me he vestido de gala, mi familia me acompaña —orgullosa—, pero he vuelto a sentir esa desconfianza antes de entrar al salón:
—¿Has ido al baño?
Y aquí estoy ahora, cuestionándolo todo y dándole vueltas al rollo de hojas en blanco.
Muy bueno, Juan Manuel. Todo un retrato de un Nobel incomprendido en el momento de la verdad.
Me ha encantado.
Suerte y abrazo.
Muchas gracias, compañero. Me alegro de que te haya gustado, pero en el fondo sabemos que algo de verdad tiene la cosa…, salvo lo del Nobel.
Un saludo
JM
No sé lo que puede tener tu relato de autobiográfico, pero esto convencido de que a muchos de nosotros, comenzando por mí, nos llega por la vía directa. La propia inquietud frente a la obligación del día a día y la reacción, no siempre comprensiva que produce en el entorno. Los escritores, esos seres que tienen prioridades diferentes al resto, con los que no debe de resultar siempre sencillo convivir.
Un abrazo, JM. Suerte
El arte es un largo camino de altibajos, maestro.
Un saludo
JM
Parafraseando un poco a Jesucristo, «el que esté libre de quedarse en blanco frente a la hoja en blanco, que le de vueltas al rollo», jaja. Y más allá de lo anecdótico o lo jocoso de la situación que se escribe, hay una idea que, a mi entender, sintetiza a la perfección lo que mucha gente (por lo general mucha gente qpiensa del oficio que aquí nos ocupa: dejar el trabajo para dedicarse a escribir supone un riesgo
Parafraseando un poco a Jesucristo, “el que esté libre de quedarse en blanco frente a la hoja en blanco, que le de vueltas al rollo”, jaja. Y más allá de lo anecdótico o lo jocoso de la situación que se escribe, hay una idea que, a mi entender, sintetiza a la perfección lo que mucha gente piensa del oficio que aquí nos ocupa: dejar el trabajo para dedicarse a escribir supone un riesgo, cuando menos, doméstico. Que escribir es una actividad menor que debería quedar circunscripta a la categoría de hobby o pasatiempo. Pues bien, yo disiento con lo que dice esa gente (esa gente que no escribe) y felicito a este señor escritor de tu micro por su constancia y perseverancia. Que no se le dé tantas vueltas al rollo de lo que dicen, opinan y/o aconsejan los otros y reciba su premio Nobel con la frente bien alta.
Muy bueno, JUAN MANUEL, me encantó.
Cariños,
Mariángeles
Muchas gracias, Mariángeles. Aunque es una ficción de tono ligero, es cierto que revela una situación comprometida.
Un saludo
JM
Juan Manuel, describes bien lo necesario que es el tiempo libre para escribir ante la rutina del día a día. Suerte y saludos
Es que escudarse en la escritura para no hacer la compra o limpiar es muy fácil. Hay tiempo para todo, hasta para recoger el Nobel.
A pesar de todo lo que cuentas, el resultado es ligero y divertido. Mucho arte.
Un saludo, Juan Manuel