118. «La Isla del Tesoro»
Un instinto antiguo se apoderó de él, se puso su parche en el ojo y zarpó en la balandra, llevando consigo la brújula, el mapa y esa voz rota que le despertaba cada noche…
“Si un bucanero sueña con la sirena Esmeralda y adivina el misterio que oculta la isla Carmesí, localizará el tesoro escondido”.
Tardó 80 días y 80 noches en divisar en el horizonte la tierra de la isla soñada.
Higinio siguió las pistas hasta encontrar una caracola escondida en el tronco grueso de un árbol, destino final del mapa.
Como hechizado sopló con todas sus fuerzas mientras el viento se arremolinaba a sus pies y el mar se llenaba de burbujas.
Avanzando hacia él, ligera, dueña y señora de las aguas, una sirena iba transformando su cola en preciosas y humanas piernas.
Un pirata nunca deja de ser pirata.
Una sirena nunca deja de ser sirena.
Higinio en su barco.
Esmeralda en la Mar.
Cuenta la leyenda que la caracola escondida en el tronco era un auténtico tesoro para aquel que amara a la sirena porque, cuando se hace sonar muy fuerte, con la fuerza que da el amor verdadero, Esmeralda sirena se convierte en mujer.
FIN
¡Hola Juan!
Pues este pequeño relato es un resumen a modo de corset asfixiante de un cuento infantil que tengo escrito. Daba tanta pena quitar palabras para ajustarlo a las 200 que lo he pasado hasta mal. Por otra parte no podía dejar, dado el tema, de permitir que mi pirata de parque en el ojo y pata de palo, estuviera navegando en esta noche te cuento.
Muchas gracias por tus comentarios, siempre tan generosos.
Disfruta del calor del verano y de su laxitud, también se agradece.
Besos bucanero, sigue la senda iluminada con tu astrolabio