61. La maraña (La Marca Amarilla)
Levantaron el modesto Oasis Hotel junto a la carretera comarcal, a medio camino de ninguna parte, pero antes tuvieron que talar varios árboles y eliminar la vegetación que servía de cortina natural a vehículos que ocultaban amantes en su interior.
Cuando se inauguró el local comenzaron a aparecer las inevitables leyendas rurales: que si era un burdel encubierto, un supermercado de drogas, un enclave de mafiosos decadentes o un casino ilegal… Hasta que, como siempre sucede, la realidad superó a cualquier relato.
Una mañana encontraron en su habitación los cadáveres de Juan e Isabel, dos jóvenes amantes que acudían habitualmente al hotel escondiéndose de sus enemistadas familias. Nadie supo qué ocurrió aquella noche, las autopsias no revelaron nada extraño y los cuerpos no mostraban heridas, a pesar de que se encontró una navaja con restos de madera sobre la cama.
Desde entonces el hotel cayó en desgracia y su propietario cerró el negocio. Maldito y ruinoso, el edificio acabó derruido y el terreno allanado. La maleza apareció de nuevo y, dicen quienes lo han visto, que brotó un árbol de grueso tronco en el que se podía observar perfectamente tallado un corazón con las iniciales J e I .
Marca, un microrrelato que revisa el amor, al estilo Romeo y Julieta, proporcionándole un toque actual y revistiendolo de leyenda. Me ha resultado original y con cierta poesía, con ese final tan mágico.
¡Buen trabajo y suerte!
Abrazo microlunático.
Gracias, microlunático amigo! 😉
La intención era darle ese toque mágico… ese toque de tragedia «natural» …
Un saludo!
Toda una leyenda urbana, los Romeos y Julietas existen siempre, las rencillas entre familias son el pan nuestro de cada día.
Abrazos.
Dude en poner lo de «familias enemistadas» … pues no quería un Romeo y Julieta, pero si dotar a la relación de motivos para encontrarse a escondidas… En un amor ¿eterno?.
Gracias por el comentario, Asunción! 😉
Un saludo!
Una cuento romántico que trasciende al tiempo. Muy agradable.
Abrazos
Gracias, Javier! Sí, trasciende al tiempo! 😉
Un saludo!
Una historia romántica, como un Romeo y Julieta moderno.
Bonito microrrelato.
Un saludo
Jajaja Blanca, gracias por tu comentario!!
No era mi intención un Romeo y Julieta, pero veo que el cuento transmite la tragedia!!
Un saludo! 😉
No veo una revisión de la historia de Romeo y Julieta, a pesar de las familias enemistadas. Más bien me hace pensar en la película «El incidente», con esa rebelión de la naturaleza contra quien le arrebata su espacio (suponiendo que esa peli vaya de eso, que es mucho suponer…). Saludos y suerte.
Gracias, Ana… Por ahí van los tiros!!! 😉
Ese amor «natural» debe perdurar!!!
Un saludo!
Los amores desgraciados dan lugar a las mejores leyendas. Una historia digna del mejor realismo fantástico. Creo que la mayoría pensaremos que también puede ser una revisión de Romeo y Julieta, pero me llenan de intriga las iniciales «J» e «I» en la corteza de ese árbol, toque misterioso para un un buen relato. En fin, a ver si salgo de dudas.
Un abrazo y suerte, artista.
Gracias, Ángel!! Tú sí que sabes! jejejeje
Ese toque mágico a la tragedia es lo que perseguía, en un cuento naturalista!
Un saludo, campeón!! 😉
Uyy, qué lindo… un relato con sabor a leyenda. Me gustó mucho! Felicidades!!!
Gracias, María!!! 😉
Me alegra que te gustara!!
Un saludo!
Miguel Ángel, tu historia de un amor, triste como cassi todas las leyendas, está matizada por bellas imagenes. Suerte y saludos
Gracias por tu comentario,calamanda!!
Se agradece!
Un saludo!!! 😉
Unos amantes reencarnados que atravesaron la barrera del Tiempo. Un motel de carretera tiene algo de atemporal, ¿no te parece?
Un beso
Sí, Esther!! 😉
Gracias por tu comentario…
Un crimen pasional sin crimen… mmmmmmmm jejeje
Un saludo!
Miguel Ángel, precioso relato, han cambiado el amor terrenal por la inmortalidad hecha leyenda. Abrazos.
Muchas gracias por tu comentario, Salvador!! 😉
De eso se trataba!!!
Un saludo!
Bella historia de amor, Donde nos haces participes de esa secreta relación a través de hermosas palabras. Por desgracia todo lo clandestino tiene siempre un trágico final pero el tuyo además los has colmado con un final cuanto menos, romántico.
Un abrazo Miguel Angel
Mª Belén, muchas gracias por tu comentario!
Se agradece mucho!! 😉
Un saludo.
Como todos comentan, ganó el amor que se perpetua en las iniciales del árbol.
Excelente. Un abrazo y suerte.
Gracias, El Moli!!
Se agradece el comentario, sí, ganó el amor!!! 😉
Un saludo!
Ay, Miguel Angel, qué susto!! El año pasado me alojé en un Hotel Oasis, en Córdoba, también al lado de una carretera. No debe ser el mismo, porque los árboles allí eran chiquititos. 🙂
Abrazo.
Jajajaja… No, aurora, no. Me parece que Córdoba no es la provincia de mi Oasis Hotel… O sí? 😉
Gracias por tu comentario.
Un saludo!
Bonita historia en la que se cruzan el amor, el misterio, la leyenda y un toque mágico, y todo ello muy bien engarzado para que funcione a pesar de estar integrado en un relato corto.
Suerte y saludos.
Gracias por tu comentario, Rafa!!
Se agradecen esos ánimos!! 😉
Un saludo!
Ahí esta, la naturaleza retomando su sitio llevándose por delante la civilización.
Bueno el cuento.
Saludos.
Gracias, Urtiaga! Pues sí, la naturaleza suele ser más fuerte que la civilización!!
Un saludo! 😉
Me han gustado las reminiscencias a amores proscritos y como has elevado el hotel para luego tú mismo derruirlo literariamente. Creo que está muy bien escrito. Mucha suerte 🙂
Muchas gracias por tus palabras, Juan Antonio!! 😉
Es lo que tiene escribir, que construyes y destruyes a tu antojo… O no?
Un saludo!
Me gusta ese tono fantástico del relato, y especialemente el final.
Suerte y abrazos
Gracias por tu comentario, Anna!! 😉
Se agradece!
Un saludo!
Miguel Ángel, yo me quedo con la idea de que es la propia naturaleza la que se venga, que la enemistad es accesoria, aunque le dé cierto rigor literario, y como le has inculcado ese ingrediente fantástico que tanto me gusta te digo olé tus relatones.
Muchas gracias por tus palabras, Lorenzo!! Se agradecen!! 😛
Veo q has atinado el sentido….
Un saludo!!!
Si es que da gusto cuando te pones meloso y romanticón, aunque a mí me gusten otras facetas tuyas. Pero como eres un cubo de Rubick con mil caras, siempre se entretiene uno contigo.
Un abrazo microlunático.
Gracias, microlunático Radon!! 😉
pues sí, cubo de Rubick o de la basura… Esto de la escritura es lo que tiene!! A veces se acierta con el relato, otras no tanto… Espero haber acertado con este romanticón style!! 😉
Un saludo!