03. La noche de los ciervos volantes (Eva García)
Era uno de esos anocheceres mágicos del verano en los que, mientras la luz se diluye en violetas y naranjas, el calor por fin agoniza. La banda sonora, a cargo de la familia Gryllidae, acompañaba el impactante vuelo de decenas de Lucanus cervus entre los Quercus robur ; las siluetas de silenciosos quirópteros y Caprimulgus , daban vida al resplandor de la luna.
Resultaba sorprendente la naturalidad con la que brotaban aquellos latinajos de mi cerebro, dado que ni siquiera recordaba mi propio nombre, ni sabía por qué me encontraba a esas horas en un bosque. No era menos intrigante el hecho de que mis manos sostuvieran una caja chorreando sangre y una pala.
Levanté la tapa y vi un hermoso persa azul degollado… ¿Sería mío? ¿Sería de un vecino? ¿Sería la víctima de algún sacrificio?
Lo que parecía indudable era mi propósito de deshacerme del cadáver. Así que, bajo una Castanea sativa centenaria, enterré al gato, arranqué una hoja de un cuaderno de campo que llevaba y, tratando de dignificar su tumba, escribí: “Al Felis silvestris catus desconocido”.
Después busqué otras pistas en los bolsillos que esclarecieran si mi verdadera identidad, presuntamente naturalista, se había entregado al satanismo. O viceversa.
Pobre gato, QEPD.
Un abrazo
Pues si, estoy de acuerdo.
Un abrazo Moli.
Me encanta Eva. El final muy inquietante. Casi tanto como esa cantidad de latinajos que sueltas por esa boca…:)
Viniendo de usted, Sra. Portabales, el comentario es todo un lujo para mi vista. Si quedamos un día con su señor esposo para trotar por los montes, ya se inquietará, ya, escuchándomelos en directo. Un beso grandote y gracias por la visita.
El relato me atrapó Eva, por lo que cada vez que mi ignorancia me empujaba a buscar una foto del animalillo en cuestión, mi ganas de seguir leyendo protestaban. Me ha gustado mucho el cierre. Mucha suerte 🙂
Bueno, es un modo de aprender también 😉 Pero pondré aquí mismo un glosario para los perezosillos:
Familia Gryllidae: grillos de varios géneros y especies
Lucanus cervus: ciervo volante. No, no se trata de un ciervo con alas sino de un escarabajo de grandes ‘cuernos’ (recuérdese ilustración del tema ‘Insectos’ dedicado a Kafka)cuyo vuelo en las noches de verano resulta fascinante
Quercus robur: roble común o carballo
Caprimulgus: chotacabras
Quirópteros: murciélagos
Castanea sativa: castaño
Felis silvestris catus: gato doméstico
A mi me ha gustado mucho tu comentario, gracias 😉
Eva, un relato que rezuma intriga, donde nos asaltan preguntas a cuál más inquietante. Me ha gustado mucho. Abrazos.
Gracias Salvador, realmente hubiera necesitado muchas más palabras para dejaros con menos intrigas 😉 Abrazos
Eva, haces que sea interesante esta historia con el juego de situaciones. El cierre muy bueno. Suerte y saludos
Gracias Calamanda, el cierre es lo que más me costó, sin duda. Abrazos.
Qué curioso tu personaje, alguien que no recuerda su nombre y del que brotan vocablos científicos en latín como quien no quiere la cosa, que lo único que tiene claro es que quiere enterrar a un gato, difunto reciente. Si el relato de Jams con el que se abre esta ronda resulta curioso por su final abierto, el tuyo no lo es menos, además de apropiadamente inquietante, dado el tema. Un relato donde late, me parece a mí, tu amor por la naturaleza.
Un abrazo y suerte, Eva
Hola Ángel, a lo mejor estoy un poco pallá describiendo esta escena sin principio ni final conocido, más que el del pobre gato. Pero es la que me apetecía escribir y mostraros. Un abrazo y muchas gracias.
Gracias Ana. Yo pretendía hacerlo un poco en plan patchwork ;). Besos.
Ya sabes, querida Eva, que aunque yo venda una imagen de durito y tal, en realidad soy una nenaza con un corazón de sirope y Petit Suisse.
El resultado?
Pues que casi me hago caca con tu inquietante y tétrico relato.
Dominas los entresijos de la narración hasta llevarnos a un final abierto y redondo.
Me temo que jamás me fiare de una mujer que me hable en latín…
Eres muy, muy buena, amiga.
Y ahora dirás :»bah, no es para tanto y bla bla bla… «.
Y yo te diré :»Me la pela lo que pienses. Eres una grandisima narradora «.
Y tú dirás :»Eso se lo dirás a todas».
Y yo diré:»Coño, que no.Que es verdad».
Y tú dirás:»Estás loco, Lobato».
Y yo diré:»Un montón».
Pero el relato es cojonudo.
Un abrazo sin declinaciones latinas.
Más bien, Sr. Lobato, considero que llegados a este punto usted más que un Canis lupus signatus (porque como ibérico le tengo clasificado) es algún Ursus de la familia del osito Misha. Porque aunque lo de, que no niego yo que lo pueda dar, no estaba mi relato pensado para dar miedo, al menos en un principio. Cuando quiera dar miedo, será mejor que no lea usted lo que escribo o se ponga pañales para hacerlo 😛 .En cualquier caso me alegra que sea de su agrado, latinajos incluídos y bla bla bla.
Un abrazo sin inclinación ninguna.
Nos has dado todos los ingredientes para que el miedo aflore desde lo más hondo de nosotros: un bosque tenebroso, un gato degollado, una pala ensangrentada, un hombre sin memoria, un montón de latinajos, pero que quieres, a pesar de que me encanta el calor me quedo con esa entrada tan lírica que haya, quizá, pasado desapercibida: «Era uno de esos anocheceres mágicos del verano en los que, mientras la luz se diluye en violetas y naranjas, el calor por fin agoniza.» Brutal!!! Mucha suerte. Besossss!!!
Jo Juancho, cómo me gusta que la hayas entresacado!! A mi me gustaba taanto taaanto que no fui capaz de quitarla aunque me faltaran palabras para contar qué hacía un tipo amnésico en un bosque enterrando un gato.
Un besote fuerte!
Muy bueno Eva: la poesía inicial, la intriga después, los aromas y sonidos del bosque que he sentido a través de los latinajos (me ha encantado ver nombres científicos en un relato),las preguntas tan sin respuesta, la situación tan amnesica y el final tan loco….
Suerte
Gracias Reyes. Sí que es un relato un poco loco. Un besote
Vaya, Eva, los caminos de las musas son inescrutables: Partiendo de los epitafios te has sacado de la manga una suerte de resacón en el bosque con unas gotas (de luz pálida, por supuesto) de lirismo.
Besos
Hola Carles. En realidad partí de una vivencia personal (el escenario del anochecer y el vuelo de los ciervos, chotacabras y murciélagos) y traté de inventar una escena en la que cupiera un epitafio diferente. Me alegra que te empapen mis gotas de luzpálida. Un beso grandote y gracias.
Buenas Eva. Nos dejas misterio, lirismo, latinejos… y todo ello lo envuelves en un relato fantástico que gusta leer y releer para no perder detalle y aprender. Eres buena con las letras y sabes contar historias como esta que te dejan con una sensación inquieta.
Un beso preciosa.
Hola guapa. Pues ando inquieta yo también desde que deshojo la margarita de lo que pudo pasar con este personaje que no sabe ni nos cuenta quién es. Besos y gracias.
Destacaría del texto dos cosas fundamentales: La entrada, que amenaza con describir un ocaso melancólico y el final, tan contundente, irónico e interrogante que acaba imprimiendo fuerza al texto. Lo de los latinajos, el cuaderno de campo…son pequeños detalles. El texto gana, a través del sinsentido en original y además se sostiene.
Como decía por ahí arriba, patchwork, collage….amenaza con lírica, se transforma en enciclopédico, arranca por peteneras amnésicas, cumple con el epitafio y después, no hay más espacio para idear otro final. osea, que pobre gato. Gracias por tu visita Manoli.
Seguro que tu personaje es un biólogo loco que se volcó tanto en el estudio de las especies animales y vegetales, en el laboratorio y en el campo, que se perdió entre sus nombres en cursiva y latín.
El texto no sería lo mismo sin los nombres científicos de las especies que aparecen en tu escenario.
A mi me ha encantado.
Besos
Me encanta que te haya encantado Isabel, Gracias por tu comentario. Besos.
El título me sitúa de inmediato en un contexto de terror, porque mi ignorancia en temas de naturaleza me lleva a «La noche de los muertos vivientes» en vez de a un escarabajo de nombre precioso. Muy de acuerdo con Juancho en lo del comienzo, que abre con unas pinceladas líricas para pasar al gótico y luego al (casi) gore. Y el final abre caminos múltiples en la mente del lector. Muy logrado. Besos y suerte.
Vaya popurrí he montao entonces 😉 Gracias Ana. Un besazo.
Me ha gustado mucho. ¡¡ Carajo !!
Reconozco que al principio iba perdido con los latinajos (muy bien usados por tu parte, le dan toda la esencia al texto y yo aprendo algo). Un texto lleno de surrealismo y misterio. Enhorabuena.
Traté de no abusar de ellos, Sergi, pero los necesitaba para el contrapunto. Gracias por tu comentario. Un abrazo.
Ese “O viceversa” cierra el relato de forma magistral y da el significado perfecto a los “latinajos”. Me encanta.
Gracias Edita; me hubiera gustado seguir contándoos lo que encontraba en los bolsillos… pero os quedareis con a intriga jajaja. Bicos.
Me quedo dándole vueltas a por qué alguien que conoce, y supongo que ama, tan a fondo a la naturaleza es capaz de enterrar tan tranquilo al pobre gato, un persa azul, para mayor contraste con la escena sangrienta. Por favor, que hagan una excepción con Eva y le den otras 100 palabras para que nos cuente su final.
Como todos los tuyos, muy bien contado.
Un abrazo
Es capaz de enterrarlo porque ya está muerto y ha asumido que esa era su intención inicial. ¡Si hasta le pone un epitafio para que la tumba o quede tan fría! O quizá lo que te preguntes, Nieves, es por qué no se horroriza al verlo degollado. Pues, mujer, algunos ya hemos hecho estómago a muchas barbaries… creo que le preocupa más saber cómo ha llegado hasta ese punto. Ay, si yo tuviera 100 o 200 palabras más… Besos guapa y rebienvenida.
«Después busqué otras pistas en los bolsillos que esclarecieran si mi verdadera identidad, presuntamente naturalista, se había entregado al satanismo. O viceversa». Pues yo me he quedado con la misma duda 🙂
Muy bien narrado, Eva Muy original y creativo ese enfoque del protagonista, esas pistas lanzadas. Me gusta.
Mucha suerte.
Un abrazoooo
Pues nada, reciclaré al personaje en otra ocasión y os contaré qué hacía allí, Amparo, guapa. Esto solo era un fotograma del trailer :p. Besooooos y gracias.
Que difícil llevar a buen fin un relato como este. Me encantó.
Felicitaciones, Eva.
Fin bueno poarece que no va a tener, sea cual sea la respuesta a sus dudas 😉 Gracias María y un abrazo.
Eva, muy original la historia. Aunque para mi, demasiados latinajos al principio que te pierden un poco.
Un saludo
Y eso que intenté que no fueran demasiado desconocidos, Blanca, de todos modos, su significado tampoco es el meollo de la cuestión. Gracias y un abrazo.
Bárbara la mezcla de latinajos científicos (¿eso existe?) y la desmemoria del tipo. Inquietante a más no poder.
Me deja en un «no se que pensar» que me eriza la piel. Pedazo relato te has marcado. Felicidades.
Gracias Reve Llyn creo que ninguno sabemos qué pensar 😉 Un abrazo
Ya te lo dije en el blog, pero chica, me encanta así que te lo digo de nuevo ¡eres una artista del suspense!
Miles de besos.
Hola preciosa, no soy artista de na, picoteo y pruebo un poco de todo… Miles de besos a ti
El relato fluye con mucha naturalidad, a pesar de la profusión de nomenclatura científica, o quizás gracias a ella ;-). La verdad es que puede ser una pista para saber quién es protagonista o a que se dedica, como bien apuntas, pero al mismo tiempo se integra perfectamente en la descripción de la escena y acrecienta el suspense. Un lujo de relato.
Felicidades
Muchas gracias Anna, entiendo que era un riesgo lo de los nombres científicos, pero me apetecían tanto… y traté de no excederme con ellos. Un beso fuerte.
¡Enhorabuena, Eva! Me gusta mucho esa «locura» pasajera o permanente, esa búsqueda de explicaciones para hacer racional lo irracional… nos colocas muy bien en tu relato, mirando desde la primera fila, a tu protagonista.
¡Suerte!
Gracias Caridad ¡un beso!