43. La noche en que Manhattan se convirtió en navío
Otro milenio. Noche de agosto. Enorme luna llena. Desde el Brooklyn Bridge Park mirábamos Manhattan. La esfera plateada me entró por las pupilas e impactó en mi cerebro. Cine, ciencia ficción, los cuentos de mi infancia… De repente la isla se convirtió en navío. Dos mástiles gemelos se elevaron audaces, e innumerables palos, sin velas pero henchidos, arbolaron el barco, sus torsos erizados de fuegos de San Telmo.
La nave cobró vida.
Ya apuraba mi ron bajo the Jolly Roger, cuando de pronto, ¡zas!:
―Imagina cuánto dinero se mueve ahí todos los días.
Mi acompañante me disparó la frase a quemarropa. Su torpedo hizo blanco y nos hundió a la nave, al ron y a mí en el Hudson, entre fango y cadáveres de tantos sueños rotos.
(Relato fuera de concurso)
Pues menos mal que está fuera de concurso o nos dejabas con menos opciones de lista a los demás.
Besísimos.
Juan Barlon, me tienen encerrada en la jaula hasta enero, y sólo me dejan sacar la mano para teclear cuatro líneas y darle a «publicar». Qué tristura. Besos para ti también.
Descomunal!!!
Porfa…sigue sin concursar…
Hala, otro que quiere que siga en la jaula… Muy halagadores los signos de admiración. Gracias y besos.
Que el amargor de los sueños rotos pueda ser tan dulce y bello solo es posible en las manos de alguien como tú, Ana.
Tu diálogo entre dos formas de ver el mundo acaba como al parecer dictan los tiempos, en este milenio y también a finales del pasado, cuando las Torres Gemelas eran aún dos mástiles audaces. También ellas cayeron, como los sueños de tu personaje.
A nosotros, aún nos quedan Stevenson y Melville. Y la Fúster.
Saludos.
Te voy a contar un secretillo: esta es una historia real 100%. El tiempo, el lugar, el entorno fueron exactamente así. También la fantasía de la protagonista se aproximó mucho a lo que cuento. Y el torpedo llegó con esas palabras, o unas muy similares. En su momento no tuvo nada de bello, me dieron ganas de tirar al coprotagonista al Hudson por sacarme del ensueño. Pero mira, todo en esta vida tiene su sentido, ahora sé que pasó para poder escribir este relato 21 años después y que amigos como tú disfruten de la historia y digan cosas tan hermosas sobre ella. Muchas gracias y un beso.
PD:¿la Fúster? Mein Gott!
Que maravilla de relato Ana, es una preciosidad.
Un abrazo
La imagen de Manhattan bajo aquella luna era una preciosidad que invitaba a dejarse arrastrar por ella. Me alegro si he sabido compartirla contigo. Gracias y besos.
Me alegro de que lo hayas disfrutado, y en especial por lo del título, porque suelen ser uno de mis puntos débiles. Muchas gracias y un beso.
Me ha encantado. Por decir algo más, saldré en defensa de tu amigo. Los contrapuntos no están mal, ni tampoco las diferentes visiones de las cosas. De hecho el también podría escribir un relato de ese momento
y si tuviera tu arte también sería interesante.
Besetes
Mi amigo no necesita ninguna defensa, fue un excelente compañero de viaje, pero teníamos visiones del mundo muy distintas, lo cual, como tú dices, es necesario para que todo siga girando. Esta fue solo una anécdota por la que le tiré de las orejas y por la que nos reímos en su preciso momento. Pero a mí me quedó grabada en la memoria.
Me alegro de que te haya gustado. Besos y muchas gracias por pasarte a comentar.
Ana has sabido trasmitir perfectamente el momento con tu compañero. Escribes genial, aunque fuera de concurso, se merece un comentario.
Un beso Ana.
Muchas gracias por pasarte por aquí a dejar ese comentario, siempre bienvenido concurso uno o no Las opiniones de los compañeros son una de las cosas mejores de este blog. Besos.
Te entiendo perfectamente, Ana, y es que la frase del acompañante no iba con ese ambiente romántico y maravilloso… Tú soñando y él tan práctico…
Me ha gustado.
Un beso!
A mí me hizo polvo, pero reconozco que cada uno tiene derecho a pensar en lo que le dé la gana, y que las mismas cosas son motivo de inspiración distinta para cada persona. Su motivación era tan válida como la mía, solo que más prosaica. Besos y gracias.
Ana, ese tipo tiene delito de cárcel por romper la magia de Manhattan así. Y me da mucha envidia que hayas estado en Nueva York. Y lo bien que escribes.
Un abrazo.
Pobre, qué varapalo se está llevando, de verdad que era un tío muy majo aunque en ese momento me despertó instintos poco recomendables.
No creo que precisamente tú tengas nada que envidiarle, cacho crack. Besos y gracias por pasarte.
Ana, lees el título y ya te predispone para un relato genial. Cadáveres y sueños rotos, pero las naves reflotan con nuevos sueños e ilusiones. Gracias por compartir ese instante de imaginación. Abrazos.
Ay, cómo me gusta que me mencionáis lo del título, no me suelen satisfacer los que pongo, pero este sí me gusta. Qué os guste también a los demás me hace feliz. Gracias y besos.
Estás enorme. Y que nosotros sigamos disfrutándolo. Suerte con lo que te queda por delante este mes 🙂
Muchas gracias, me quedo con tus deseos de suerte para lo que me queda de mes, aunque no sea para el concurso. Besos.
Qué delicia de relato, Ana. Ante una luna como la que se admira desde los puentes de Manhattan, un comentario así es un disparo en la tripa.
Un saludo
JM
Bueno, como he dicho antes son dos formas de ver la vida, lo práctico frente a lo imaginativo. Si estás muy sumido en la ensoñación sí que es un disparo. Gracias por pasarte. Saludos.
Una historia deliciosa Ana.
Saludos
Muchas gracias por pasarte, Anna. Besos.
Hola Ana, según iba leyendo tu relato me parecía ser la protagonista. Luego leo que no es ficción.
La próxima vez no permitas que nadie alcance el blanco.
Puf, Isabel, eso es muy difícil, hay misiles muy certeros. Y fíjate que este fue con tecnología del s.XX, si llega a ser ahora «esta noche no te cuento» 🙂
Besos y gracias por comentar.
Ana, bien llevado el ritmo de esta original historia. Saludos
Ay, eso, el ritmo, por ahí iba la cosa, pero parece que nadie se ha dado cuenta, así que intento fallido…
Es una pena que no pueda entrar en el concurso porque es un hermoso relato. Unas imágenes muy bien creadas.
Tienes mi reconocimiento Ana, un saludo
Muchas gracias, José Ángel, para mí escribir aquí y que me dejéis tantos comentarios ya me alegra el día. Gracias y besos.
Es un bello relato de sueños y lo entiendo como un alegato de lo fácil que es romperlos. Es una pena que yo no haya estado por esos lugares, pues seguro que el relato gana conociendo los sitios aludidos y no solo imaginándolos según lo que mi8 memoria retiene de lo visto en la tele o en el cine.