72. LA PARTE MÁS BELLA
Fue un viaje precipitado: móvil sin batería, equipaje ligero y todo el trayecto imaginando qué iba a decir. Esa tarde de ventisca, una nerviosa Aylin atravesaba en su Golf cereza el puerto de montaña, a punto de cerrarse al tráfico por el mal tiempo. En un momento de distracción, patinó bruscamente golpeando el guardarraíl de una curva, pero en el último segundo enderezó el coche y siguió adelante dejando la firma de su angustia en el asfalto. ¿Quién vendría aquí a ayudarme si me pasara algo?, pensó reponiéndose del susto. Tardó horas en llegar al pueblo. Por fin, junto a una plazoleta descubrió la enorme casona, en cuyo portón aldabeó con urgencia bajo una nevada agonizante. Apenas se abrió, le soltó de golpe lo que siempre había callado. Él, atónito, la estrechó en sus brazos, la levantó y juntos giraron en un abrazo interminable, los ojos cerrados, la sonrisa luminosa, dando vueltas y más vueltas como derviches al borde de la inconsciencia. Como la bailarina de aquel joyero musical que le regaló su madre al cumplir siete años. O como las ruedas chirriantes de este Golf, despeñado boca arriba, con el parabrisas trizado desde hace una pequeña fracción de segundo.
De muy fácil lectura. Está bien.
Mucha suerte
Tus palabras son un elogio para mí. Gracias.
Precioso, ágil, con las palabras necesarias. Me encanta. Mucha suerte.
Gracias por tus amables palabras.
En un instante la vida se desdobla. Cada cual elige la que prefiere para imaginar la continuación. Buen relato.
Saludos.
Gracias, Rafa. El accidente se produce. Pero en ese instante previo a la muerte, ella (dentro del coche) culmina mentalmente el viaje y su historia tiene un final feliz. Cuando lo fantástico desaparece, vuelve la realidad; su último pensamiento vuela hasta un recuerdo infantil.
La misteriosa elasticidad del tiempo permite desdoblarlo. Literariamente existe una doble posibilidad temporal: un tiempo interior, fantástico, muy largo, y otro exterior, brevísimo. Ambos extrañamente simultáneos.
Un saludo.
Yo he imaginado una historia que no sé si es la que pensaste al escribir tu cuento: La protagonista muere en el accidente y su espíritu va a reencontrarse con el hombre que siempre quiso y que ya había fallecido.
Los micros, a veces ofrecen varias lecturas, depende de quién al leerlos, se apoderen de ellos. Es parte de su genialidad.
Muchas gracias, Paloma. Tu lectura me parece perfectamente legítima, pero no es la mía.
El relato se basa en un elemento fantástico usado por Cortázar: el tiempo puede estirarse. El Golf cae por un barranco, un accidente mortal que solo dura unos segundos. A partir de aquí, el tiempo se desdobla en dos: uno exterior (real, breve, trágico); y otro interior (mental, largo, feliz). Para la protagonista, en vez de durar unos segundos, el momento del accidente dura mucho más. Su tiempo interior se alarga. Mentalmente, le da tiempo a llegar hasta el pueblo, buscar la casa, encontrarse con él, soltarle un parlamento y abrazarlo interminablemente. Pero esa prolongada experiencia es pensada por Aylin en un breve instante; ha cabido en una fracción de segundo. Gracias a esto, se le concede la posibilidad de protagonizar también la otra parte: cumplir su sueño de abrazar al personaje masculino y ser feliz antes de morir.
Este desdoblamiento temporal es lo que quería plasmar. Un saludo.
Alfonso, un gran golpe final el de este relato de reencuentros. No es nada sencillo caldear una historia mientras se disimula los ingredientes que la completarán, por eso te felicito.
¡Mucha suerte para el concurso!
Abrazos.
La muerte de Aylin se descubre al final. Pero hay algunas «pistas» que la insinúan: la nevada que «agoniza», el discurso soltado «de golpe», abrazarse «con los ojos cerrados”, los derviches «casi inconscientes», etc. Da igual que el lector no las capte de forma consciente. Pienso que tal vez van creando una invisible atmósfera de tragedia.
Por otra parte, las últimas imágenes sobre dar vueltas (el abrazo, los derviches y el joyero infantil) tienen su origen —como es lógico— en las ruedas del vehículo, que realmente están girando tras el reciente vuelco en el precipicio.
Mala cosa dar tantas explicaciones. Muchas gracias por tus palabras, Nicolás. Un abrazo.
Alfonso, el juego de situaciones dirije al lector y le concede la posibilidad de elegir. Dificil entramado que has confeccionado con destreza y originalidad. Suerte y saludos
Muchas gracias, Calamanda. Un saludo.
Me gusta el juego de las dos versiones.
Pues me alegra que te guste, Miguel Ángel. Un abrazo.
Alfonso, me gusta mucho tu relato. Ese bucle en el tiempo requiere destreza para que se entienda y tu lo has conseguido, con un ritmo ágil y de fácil lectura.
Suerte y saludos.
Comentarios como el tuyo, generoso y amable, también gustan mucho. Gracias por enviarlo. Un abrazo, Anna.
Alfonso, me ha gustado mucho, y aquí estoy pensando si me quedo con un final o con todos. Abrazos.
Puedes hacer lo que quieras: el lector manda. Me alegro mucho de que te guste. Un abrazo, Salvador.
Creo que perfilas muy bien la atmósfera trágica que subyace bajo la aparente impaciencia y emoción de la protagonista, eso me gusta.
Gracias, Mel, por tus atentas palabras. Saludos.
Impresionante final el de tu relato. Espero que tengas suerte.
Besicos muchos.
Guau, muchas gracias por tus generosas palabras, Nani. Y un fuerte abrazo de retorno.