110 La posada de los sueños rotos
Henry paró el motor de su Ford. “No debí tomarme la última”, pensó. Le prometió al pequeño Alexander que llegaría a su partido a primera hora de la mañana, pero se sentía muy mareado; debía detenerse. Rosemary lo iba a matar.
Jamás se había fijado en aquel hotel, pese a haber recorrido esa carretera decenas de veces. Era un edificio desvencijado, casi siniestro, pero le serviría para echar una cabezada. Entró tambaleándose.
–Buenas noches. No he reservado, pero ¿tendría una habitación libre?
–No se preocupe –contestó el viejo recepcionista–, aquí nadie reserva.
Henry miró con extrañeza a aquel hombre, mortalmente pálido, mientras le entregaba las llaves de la 214.
–El desayuno se sirve a las nueve –prosiguió–. ¿Desayunará en la habitación?
–No. Partiré antes.
–¿Adónde va, caballero? –preguntó aquel hombre.
Henry dudó.
–Pues… no lo recuerdo.
–Se lo subiré a su dormitorio –dijo el recepcionista, dando por acabada la conversación.
A pocos kilómetros de allí, unos chavales jugaban a béisbol mientras una mujer lloraba desconsolada. La foto de un Ford destrozado copaba la página de sucesos del periódico local. Un borracho se había salido de la carretera. El accidente había ocurrido aquella misma noche. A las 02:14h.
Desgraciadamente un tema que aunque parece ir mejorando sigue presente en muchas carreteras y sobre todo en muchos fines de semana. Se intuye desde esa copa de más y te pega en esa mujer y sus hijos. Mucha suerte 🙂
Sería una buena idea publicitaria para los viajes de estas vacaciones, muy gráfico,tajante y emocional. Creo que llegaría ese sentimiento de prudencia como lo ha hecho en mi tu relato.
Suerte Raul.
Raúl, triste situación que cuentas con claridad y ritmo. Suerte y saludos
Raúl, un microrrelato con dos historias paralelas que confluyen en una, en un sueño roto. Y es que todo tiene solución, menos la muerte. Y aquí en este relato se aprecia bien este dicho popular.
¡Buen trabajo!
¡Mucha suerte con el concurso!
Saludos.
Ah, pues me parece muy bueno. Quizás el título no convenza del todo, pero el relato está muy bien, si señor, el que sabe, sabe. Venga, con una pizquita de suerte sales en la lista, a ver.
Abracísimos.
Muy acertado para el tema del mes, tanto el contenido del micro, como el título llamando a la muerte «Posada de los sueños rotos». Demasiado real y repetida, por desgracia, la situación que nos cuentas. Saludos y suerte.
Muy bien contado y trasmitida la idea. Triste pero real. No hay que levantar nunca la guardia cuando se va al volante.
Un saludo.