LA PRIMERA INSPIRACIÓN…
Después de frotarse los ojos, se acercó al cuadro y lo examinó de nuevo. No había ninguna señal de cambio cuando miraba el lienzo y, sin embargo, no cabía la menor duda de que la expresión del retrato era distinta.
No se lo había inventado. Se trataba de una realidad atrozmente visible. Dejándose caer sobre una silla empezó a pensar. De repente, como en un relámpago, se acordó de lo que dijera en el estudio de Basil Hallward el día en que el pintor concluyó el retrato. Sí; lo recordaba perfectamente. Había expresado un deseo insensato: que el retrato envejeciera y que él se conservara joven; que la perfección de sus rasgos permaneciera intacta, y que el rostro del lienzo cargara con el peso de sus pasiones y de sus pecados; que en la imagen pintada aparecieran las arrugas del sufrimiento y de la meditación, pero que él conservara todo el brillo delicado y el atractivo de una adolescencia que acababa de tomar conciencia de sí misma. No era posible que su deseo hubiera sido escuchado. Cosas así no sucedían, eran imposibles. Parecía monstruoso incluso pensar en ello. Y, sin embargo, allí estaba el retrato, con un toque de crueldad en la boca.
Oscar Wilde, EL RETRATO DE DORIAN GRAY
Muy bien contada esta idea tan singularidar.
Daniel, qué buena ilustración para este mes. Felicidades, he visto otros de tus dibujos, me encantan. Como se inspiren muchos autores en este, febrero va a ser de lo más siniestro.
Hala, a retratarnos todos. Yo el mío lo tengo que retocar, también va en plan inquietante, al menos esa es mi intención.
Un abrazo.
Espero tener tiempo para poder dedicarme a comentar y a redactar el micro. Gracias por el pasaje de El Retrato de Dorian Gray y cuánto nos hubiera gustado a muchos tener un retrato como ese, jajajajaja…
No quiero pensar lo que haría, xD!!!!