79. La primera vez.
La primera vez que mis compañeros de armas y yo, escuchamos ese estruendo, pensamos que el cielo se abría por encima de nosotros. Pero no era el cielo lo que se nos caía encima, si nó un infierno de fuego y muerte que los sarracenos nos mandaban desde las murallas para detener nuestro avance en el sitio de Sevilla.
Todos nosotros nos persignábamos, besábamos la empuñadura de nuestra espada y continuábamos avanzando hacia aquellas oscuras bocas que escupían fuego y metralla. Pasamos del terror del primer estruendo, a cerrar filas y continuar con nuestro trabajo, que no era, ni es otro, que la guerra. Cualquier barbarie se normaliza con rapidez en el campo de batalla querido amigo.
¡Salud!
Al parecer se trata de una carta, o al menos eso interpreto por la despedida.
Me gusta el escenario elegido, Sevilla y la guerra contra los sarracenos. Muy acertado.
Un saludo.