42. LA SOLEDAD DEL MINOTAURO (Paloma Casado)
Creció sin hermanos ni espejos, en una casa de ventanas enrejadas escondida tras un muro. Su curiosidad infantil quiso un día trasponer la puerta prohibida y allí fuera, quedó maravillado ante el espectáculo que brindaban los vendedores ambulantes, los animales desconocidos y la belleza de las muchachas. Pero pronto comenzaron a herirle las miradas aterrorizadas de quienes huían a su paso y esa palabra desconocida con que le asaeteaban: “el monstruo”, “el monstruo”.
Sintió la mano de su padrastro presionándole el hombro para conducirle de nuevo a su hogar. La misma mano que años después le abandonaría en una extraña construcción creada para ocultarle a los ojos del mundo.
Año tras año encontró en las calles caprichosas del laberinto a jóvenes inmolados para acallar sus bramidos y comprendió, ante el olor del miedo de sus cuerpos, que su naturaleza no podría concederle otra comunión con ellos que la del alimento de su carne.
En sus sueños, ha vislumbrado la espada del héroe a la que ofrece sin resistencia su pecho desnudo. Él le liberará de la soledad.
Ahora escucha como se acercan unos pasos firmes y espera.
Paloma, precioso relato que nos haces del minotauro y su laberinto. Aquí nos muestras su lado más humano, dándome lástima el pobre.
Muy bonito.
Un abrazo
Gracias Blanca. Si, es muy triste la soledad del diferente.
Hermosa recreación mitológica desde el punto de vista del minotauro, a quien se le atribuye una sensibilidad especial, que se sabe condenado a ejercer conforme a una naturaleza que él ni desea ni ha elegido, que ve la muerte como una liberación del sufrimiento propio y del que causa, la evasión de ese laberinto propio al que esta amarrado, que no es otro que su propia soledad.
Me ha gustado tu relato, Paloma.
Te deseo suerte y te envío un saludo.
Gracias Ángel. Lo que escribes es todo lo que quería transmitir.
El laberinto visto desde el punto de vista de un minotauro muy sufriente, muy y casi humano… Qué buen giro que le das a la historia en este micro, PALOMA ¡Me gustó muchísimo!
Cariños,
Mariángeles
Muchas gracias Mariángeles. Si quise descubrir el lado humano del monstruo.
(Fe de erratas: se me escapó el «muy realista», jajaj 😉 )
Cariños, M.
¡Pero que requetebién escribes, Paloma!. Desde ese «Creció sin hermanos ni espejos» -no puedo imagina un comienzo mejor- hasta ese final de esperanza en la muerte. Magnífico. Me lo apunto entre los favoritos.
Besos.
Amigo Rafa, qué amable y exagerado eres. Un beso.
La infinita soledad de los diferentes. Bello cuento, Pa. Un beso.
Hola migui, me alegra que te haya gustado y que sigas escribiendo en el blog.
Paloma, enhorabuena, nos has mostrado la humanidad del minotauro. Un canto mitológico a la diferencia. Me ha gustado mucho
Gracias Concha por leer y comentar. Celebro que te haya gustado.
El redactado es impecable y la calidad de la recreación mitológica fascinante. Mucha suerte 🙂
Juan Antonio: No faltan nunca tus generosos comentarios. Debes ser un gran tipo.
Paloma, la vision mitologica es el marco donde retratas su humanidad. Suerte y saludos
Gracias Calamanda. Me gusta la mitología y de vez en cuando, escojo algún tema. En este caso del laberinto, no me tuve que estrujar los sesos.
Precioso relato y en mi opinión va a ser de lo mejor, y eso que nos queda casi todo el mes para leer.
No cabe duda de la calidad de tu escritura, solo nos queda aprender.
Besos
¿Aprender de mí tu que eres una maestra? Anda, anda.
Gracias por todo.
Yo?, maestra de nada querida Paloma, al contrario aprendiendo siempre.
Un beso grande
Las excelentes imágenes que nos regala tu relato, me han hecho pensar en los tantos minotauros modernos que andan por ahí… sobre todo en estos días de crisis, desesperanza y frustración. !Muchas Felicidades!
Hola, Paloma, has conseguido que nos pongamos en la piel del minotauro de una forma que sentimos lástima por él. Con un tono solemne de redacción que lo eleva a relato de alta alcurnia. Suerte.
Paloma, preciosa visión del laberinto, un minotauro en soledad ávido de ser liberado con la muerte. Muy bueno. Abrazos.
Me ha gustado mucho esta visión tan humana del minotauro. Me ha recordado mucho a un pasaje de «Sinuhé, el egipcio», en la que la novia del protagonista es inmolada para salvar al pueblo de la ira del monstruo, sin que este tuviera nada que ver. Enhorabuena.
Estupenda la humanización mitológica del Minotauro. Te deseo mucha suerte.
Un abrazo
Muy bonito, aunque triste, como la soledad.
Un relato que engancha desde el primer momento Paloma. Nos vas llevando por la visión de ese personaje «monstruoso» y sin embargo tan humano.
Suerte,un beso
Me sumo prácticamente a todo lo dicho. Hay que tener mucho oficio para adelantar ya desde el título el trazado de un relato y que, sin embargo, el lector se sienta atrapado desde las primeras palabras. Un arranque magnífico, una contención y precisión expresivas envidiables y un enfoque emotivo hacen de esta «Soledad del Minotauro» un referente para este mes y para toda la edición, cuando no un espejo de relatistas.
Saludos.
Oh chicos, me emocionais de verdad. Gracias a todos.
Nos llevas a un lugar común, pero por caminos nuevos y sorprendentes. El retrato humanizado de ese Minotauro es de lo mejor del mes. Buena suerte.
Abrazos
El primer párrafo me ha hecho pensar en la película «El hombre elefante», desgarradora donde las haya, y quizá eso me haya despertado aún más el sentimiento de compasión hacia tu protagonista. Saludos y suerte.
Muy original y contundente tu visión del Laberinto de la vida. Me ha gustado
Un saludo
Con unos cimientos tan sólidos, tocaya, es imposible salir del buen hacer con el que has levantado los muros de tu laberinto.
Un abrazo.
Un laberinto sensible y muy bien escrito.
Felicidades.
Muy emotivo y bello tu texto y también triste por esa soledad del diferente que logras transmitir. El final no podía ser de otra manera.
Mucha suerte
Besitos
Enhorabuena, Paloma. Me parece una gran historia contada con mucha delicadeza. Felicidades por la Mención.
Un abrazo
Enhorabuena, Paloma. Buen punto de vista has tomado para hablarnos de los diferentes.
¡Enhorabuena!