93. La sombra del carroñero es alargada
Otra vez se sentía como si le hubiesen dado la vuelta a sus tripas. Como si todas las blasfemias y las humillaciones que dirigían hacia él y otros que lo habían perdido todo, no tuvieran capacidad de contraataque.
Se subió al coche y comprobó que le quedaba suficiente gasolina para ir y volver a la sierra. Necesitaba caminar por algo tan puro como la nieve recién caída.
Aparcó en un entrante del bosque y comenzó a caminar sin rumbo fijo. La vuelta era sencilla, desandar lo andado.
En un tiempo y distancia indeterminados, porque poco importan, se topó con unas huellas que le cortaban el camino como una barrera. Contrariado, y sintiéndose incapaz de traspasarla, la siguió paralelamente hasta que esta concluía en un lugar imposible. Solo había dos opciones, alguien había saltado desde un árbol, o estaba ahí antes de la nevada y comenzó a caminar luego.
Decidió seguir paralelo a las huellas en la otra dirección hasta descubrir con sorpresa que llegaban hasta el borde de un gran cortado. Cuando detuvo sus pasos las puntas de sus zapatos ya estaban al vuelo.
Mientras dudaba, un buitre con zapatos de charol, lo observaba de espaldas al sol.
javier, hay fieras que parecen caballeros de verdad; y viceversa. Intriga, misterio, y buen ritmo narrativo en ese paseo. Suerte y saludos
Van tan bien vestidos que parecen inofensivos, pero ya los hemos calado.
Gracias por la apreciación.
La respuesta a misterio tan inquietante estaba observando desde una rama. Buena trama y mejor resolución.
Suerte Javier.
Gracias, Rafa, me gusta que hayas visto misterio.
Abrazos
Que final!! solo queda preguntar si el buitre era humano, o uno de verdad que en algún lugar robó unos zapatos de charol que además acertó a ponerse en sus garras. Creo que es mas sencillo pensar en el buitre humano, verdad?
Como ves me ha gustado mucho.
Abrazos.
Me alegra que te gustara. El buitre que en el relato es real simboliza el otro, el humano que se alimenta de la carroña que el mismo provoca.
Besos y gracias.
Buen relato Javier. No sabemos nada de los motivos que han llevado a tu protagonista a pasear por la nieve, pero no importa, debe de ser algo muy gordo para que se quede dudando al borde del abismo. ¿Saltará? ¿le dará el buitre un empujoncito?
Suerte y abrazos
Si, puntiaguda porque hace daño y alargada porque nos pilla en cualquier lugar.
Graciaa y besos
Gracias, Anna. Al principio se dice que lo ha perdido todo como muchos. Así es hoy en día por culpa de los buitres, que creo sabrás quienes son.
Mis besos.
Muy buen relato, lleno de simbolismos. Unas huellas duras de seguir, pero tan reales. Felicidades, la suerte no la necesitas.
Deberíamos aprender de estos avisos y resguardarnos de seguir huellas de zapatos de charol o similares. Aún quedan muchos buitres sueltos por ahí. Se mantiene muy bien la intriga, como en un relato negro.
Suerte y saludos.
Por eso somos tan desconfiados en esta sociedad, cuando menos lo esperamos, del mensaje o la imagen más simple, puede surgir un abismo, como un virus que entra en un ordenador de la forma más simple. Un relato curioso y bien narrado.
Javier, intrigante relato. De carroñeros esperando carnaza, por desgracia, está lleno el mundo. Me ha gustado. Abrazos.