77. La suite 218
Marié estaba alojada en el Hotel Saint Andre de París; sus primeras horas en la ciudad las había dedicado a acicalarse con esmero,quería estar perfecta. A la hora prevista se asomó al balcón- engalanado, como muchos otros, con el estandarte del cuerpo de infantería de dragones- y buscó a su novio entre los militares que pasaban. Deseó que el desfile acabara pronto para poder estar a solas con él; se había gastado todos sus ahorros en aquella espléndida suite.
Horas después, Jean Paul llamaba a la puerta de la 218. Marié se entregó como nunca antes lo había hecho, y cuando despertó … el dragón ya no estaba allí.
La pincelada final de tu cuento me ha provocado una sonrisa.
Suerte, María.