02. La venganza de los Selknam
Postrado en el piso del baño estaba él, paralizado por el dolor en su vientre. Cerró los ojos. Respiró profundamente una última vez entregándose a los brazos de la muerte.
Él frío seco del suelo se volvió húmedo. El viento feroz le levantó la camisa. Su piel expuesta en contacto con la nieve quemaba. Abrió los ojos y observó como el cielo patagónico estaba prendido fuego. Bajó la mirada. Enfrente suyo sonreían, pintados con grasa de guanaco y con su típico triangulo de cuero en la cabeza, dos de sus primeras víctimas. Había cazado a cientos de ellos. Entendió que había caído en las manos de Xalpen cuando en sus oídos oyó una voz femenina gritar su nombre. No podía levantarse. No podía gritar.
Los hombres intercambiaron miradas para luego comenzar a caminar hacia él. Detrás de ellos se hizo presente un conjunto que iba creciendo en cantidad. Gritaban lo que para él eran sonidos incomprensibles, sedientos de venganza.
Poco importa que tu protagonista no entienda lo que hablan sus captores. Lo que está claro es que sabe por qué está alli, y que lo que sucederá dwspués no va a ser bueno para él.
Un sbrazo y suerte, Ana
Gracias por leer 🙂
Preciosa imagen patagónica, que me ha hecho ir rauda a google y conocer la mitología selknam.
Gracias por el micro y por despertar mi curiosidad.
Un abrazo y suerte.
Me alegro y te mando un abrazo, saludos.
Bellísimamente contado
Muchas gracias 🙂
¿Cómo un genocidio se puede decir de forma bella?…