67.LA VERDADERA HISTORIA DEL SOLDADITO DE PLOMO Y LA BAILARINA
Todo lo que se ha escrito acerca de su caída no es verdad. A Friedrich Larsen, guardia húsar del primer batallón de infantería danesa, lo arrojaron desde el alféizar.
Puede que el resto de la historia sea cierta o puede que no: la caja de música diabólica y su envidia ante el amor incipiente de los enamorados, la desolación del soldadito tullido bajo el aguacero tras precipitarse al vacío, la maldad de los infantes al aventurar a nuestro héroe por las alcantarillas de la ciudad a lomos de un barquito de papel condenado al naufragio, o su angustioso final en el estómago de aquel pez terrible que lo engulló. Nunca lo sabremos.
Sí conocimos que fue después cuando llegó el terror de verdad. “Adelante, guerrero valiente. Adelante, te aguarda la muerte”, resonaba en su cabeza aquella cancioncilla militar cuando volvieron a depositarlo en el cuarto de juegos, encima de la chimenea y tuvo que enfrentarse a sus ojos cínicos y burlones y a una condena eterna, unido a ella por una peana fundida por el fuego en forma de corazón.
Confirmó dolorosamente que las bailarinas sentimentalmente anoréxicas y emocionalmente minusválidas no danzan con soldaditos cojos.
Félix. Sin palabras. Ni pongo ni quito una sola coma. Casi que me dan ganas de decirte que saques un libro con muchas verdaderas historias porque esta me ha encantado por original y por bien hecha. Mucha suerte.
Muchísimas gracias Juan Antonio por esas palabras dedicadas tan elogiosas. Me alegro mucho de que te haya gustado. Lo cierto es que la idea de reescribir los cuentos e historias y darles posibles giros inesperados es bastante seductora.
Gracias por pasarte y comentar.
Me acabas de matar un mito infantil.
Muy buena y muy dura la forma de darle la vuelta a un cuento de siempre.
Suerte.
Bueno Ana ya sabes que los finales no son siempre de cuento y esa era precisamente la intención.
Gracias por pasarte y comentar.
Oh, vaya, lo siento Esperanza. A veces los mitos deben ser desmitificados aunque sea de forma dura, je je. Gracias por el elegio y detenerte a comentar.
Muy tierna la historia. ¡Pobre soldadito!
Gracias por pasarte y comentar. Me alegra que hayas visto la ternura entre la crudeza de esta revisión del clásico.
Un saludo
Félix, me ha encantado, creo que le has dado un toque de realismo al cuento, pero no vamos a ser crueles, creo que el roce hace el cariño y al final el amor triunfará. Abrazos.
Gracias por el comentario Salvador. A muchos parece que no les termina de gustar el toque realista de la versión, je je. Puede que tengas razón y a lo mejor al final triunfe el amor aunque con esta bailarina…
Un saludo
Hola, Félix.
No conozco a esa bailarina, pero estoy segura que muchas de las cosas que ha echado en falta en su vida las puede encontrar en el corazón de ese soldadito. Hará falta un poquito de tiempo, pero ya verás como el amor surge…
Abrazos.
Tiempo no le va a faltar, seguro, toda la eternidad de hecho. Tal vez recupere sentimientos humanos, je je. Gracias por el comentario Towanda.
Un saludo
Pues hay que ser muy optimista para pensar que triunfará el amor después de esta reescritura y esa última frase tan rotunda (por cierto, que yo te había cambiado el final del cuento, porque leí «confirmo» en vez de «confirmó»). Me gusta mucho y está muy bien escrito. Te deseo mucha suerte porque el relato la merece. Saludos.
La verdad es que no vas desencaminada Ana, la reconciliación va a ser muy complicada, sobre todo teniendo en cuenta que su caída no fue un accidente y la mirada cínica y burlona de ella. La verdad es que con y sin tilde la lectura es muy distinta: el soldadito confirmó sus peores sospechas. Gracias por las palabras y por pasarte a leerlo.
Un saludo
Un buen redoble para tu historia con final menos lánguido que la original. Aprovecho para mandarte dos besos.
Isabel
Gracias por el comentario, Isabel. Menos lánguido seguro que es, y menos pasteloso también. Siempre está la tentación de darle una vuelta de tuerca a un clásico.
Un saludo para ti también.
Oh, creo que ha alguien le rompieron el corazón….
En fin, es un mal inevitable, no solo de las parejas, sino también con las amistades. Esta bailarina no lo quedría pero la de la versión original sí. Al final, ambos fueron solo un corazón.
Más que realidad eso es rencor, pero la cosa es que «si no te valora: no te merece», y a otra cosa mariposa, jaja. Claro que es más fácil decirlo que hacerlo.