119. LADOS
Los contemplo tras los barrotes: solos, en parejas, en grupos. Me atrae la algarabía de sus sonidos Me divierte como gesticulan, pasean, se exhiben.
Pero no puedo evitar sentir tristeza cuando los observo. Lamento que mientras yo vivo feliz rodeado de cuerdas y arbustos con los que poder jugar y donde tengo las frutas raíces y hojas frescas que necesito, esos seres de pelajes extraños que caminan erguidos, que emiten sonidos que no entiendo, y que forman parte de mi vida estén prisioneros tras los hierros de una gran jaula.
In extremis, Antonia. Muy original tu propuesta con el punto de vista, del mono según he leído a Ana. Impresiona esa gran jaula. Suerte!!
Apurando el tiempo, pero acudiendo siempre a la cita. Ey, ey, espero que también sea tu punto de vista :-). Gracias Lorenzo, suerte a ti también.Abrazo.
Antonia,es tu cuento para mi, una historia de distintas lecturas y su titulo tambien. Suerte y saludos
Me gusta que veas distintas lecturas, aunque no me las contaras. Gracias por pasar y abrazo.
Todo es cuestión de perspectiva, dos cárceles solo diferentes en tamaño. Originalísimo tu relato, Antonia, y que, además, nos hace reflexionar. Abrazos y mucha suerte.
Sí,Salvador. Allí donde haya rejas, cualquiera puede ser el prisionero, se vea o no.Gracias por tu opinión. Te deseo suerte y otro abrazo también a ti.
Es muy triste cuando unas personas viven detrás de unas rejas. Me parece muy original contar un animal la tristeza que sienta mirando las pobres personas afligidas mientras el animal se sienta un privilegiado por no estar en las mismas circunstancias. Un fuerte abrazo, Sotirios.
Gracias por comentar Soti.Bueno, siempre da algo de pena ver también a animales tan similares a nosotros expuestos y cautivos. Pues le di la vuelta, pero al final quizás sea lo mismos.Otro abrazote 🙂
La vida desde el otro lado, supuesta cárcel que no lo es, siendo los libres y supuestamente inteligentes quienes están realmente presos.
Original y simpático.
Suerte y un saludo
Gracias por lo de simpático, un adjetivo distinto. Suerte a ti y abrazo.
El observador es más privilegiado pues no necesita buscar comida ni un lugar donde vivir.
Los que están al otro lado sí. Muchos es posible que cuando llega la noche no hayan encontrado lo que buscan. Él, dormirá tranquilo y feliz.
Un abrazo.
Otra mirada la tuya, Virtudes.Muchas personas no encuentran lo que buscan, cada vez más. Gracias por tu visita y otro abrazo.
Muy bueno esa visión paradójica de la jaula que nos presentas. Al final, nadie está exento de ser preso de alguien o algo. Mucha suerte 🙂
Tú siempre entiendes bien y aportas puntos de vista muy interesantes, incluso enriqueces lo escrito. Hasta cuando no sea la idea de quien lo escribe. Un besote, Ana, y gracias por tu opinión.
Gracias , Juan Antonio. Pues sí, me parece que la libertad es siempre relativa y casi siempre inalcanzable, pero ahí le andamos, soñándola. Suerte a ti y abrazo.