Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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54. LÁGRIMAS EN EL ESPACIO

Un astronauta ha llevado a cabo un experimento: ha llorado. La conclusión de su estudio es que las lágrimas no se derraman en el espacio, se empeñan en arremolinarse bajo sus ojos debido a la falta de gravedad.
Un hombre ha llorado por el bien de la ciencia. No sabemos qué recuerdos ha invocado, no hay nada por lo que llorar en el espacio que no haya sido traído de la Tierra.
Las lágrimas son parte de nuestro mundo como los ríos o el océano, materia acuosa segregada por unas glándulas. Los humanos somos materia. Somos parte de la biosfera junto a otros billones de seres, visibles e invisibles, deambulando sobre la costra enfriada y reseca de un planeta incandescente.
Y, sin embargo, es tan corriente como raro. Las lágrimas son los efluvios salobres del alma, una escoria del espíritu, un mojado punto de intersección entre el cuerpo y la mente, como la línea del horizonte que delimita mar y cielo. ¿Acaso somos tan sólo materia?
El astronauta contempla nuestro planeta color azul-milagro por la escotilla de la nave y su llanto es aberrantemente extraño.

30 Responses

  1. Entre filosófico y científico, qué buena mezcla. Y el agua con la sal, también. Más que buena, perfecta. Y el llanto y la risa que pueden hacer que ese fluido brote. Es extraño, sí pero…desahoga tanto y aclara tanto la vista que no es raro que tu astronauta echará de menos una acción tan terrena como llorar.
    Muy bonito.
    Feliz jueves y venideros días terráqueo.

    1. Héctor

      Espero que llorara porque se acordaba de algún chiste. Sería un poco decepcionante pensar que se echó unas gotas y para de contar.

      Abrazos.

  2. Héctor

    Sí, vi la noticia por televisión y me resultó curiosa, No recordaba como se llamaba el hombre. Hacía un efecto muy extraño ver las lágrimas apelotonadas bajo los ojos.

    Gracias y un abrazo.

  3. María José Viz Blanco

    Héctor, me ha sorprendido mucho que hayas tomado el llanto como tema para hablar del espacio. Por un lado, los datos científicos, por otro -no menos importante-, los sentimientos que provocan lágrimas. ¡Felicidades y suerte!

    1. Héctor

      Sí, María José, quizás me he apartado de la estricta odisea espacial con su correspondiente épica. A veces la intuición te lleva a explorar otras vías.

      Suerte y un abrazo.

  4. Eduardo Iáñez

    Una idea interesante brillantemente expresada con un tono neutro, objetivo y científico muy adecuado al tema. Un relato bien traído que no deja de estar cargado de lirismo. Enhorabuena.

  5. Ana Fúster

    Un relato muy curioso, tanto por la originalidad del tema como por su tono, que es mucho más poético que científico aunque describe un experimento. La última frase es para reflexionar, con ese tono tan peculiar de azul y la idea de que al contemplar el planeta desde el espacio un hombre llore de manera aberrante. Besos y suerte.

  6. Héctor

    No puedo estar más de acuerdo contigo, aquí lo científico es una excusa argumental que permite la irrupción del lirismo.

    Besos y suerte.

  7. Calamanda Nevado

    Héctor, impresiona tu cuento por diversas razones, la mayor para mí la interpretacion que has dado a un hecho casi inperceptible.- Suerte y saludos

  8. Ton Pedraz

    Precioso manejo de la temática del mes. Igual que a los anteriores compañeros, también me ha gustado tu relato, por la original idea de jugar con el llanto del astronauta, más experimento que sentimiento.
    Un abrazo y suerte Héctor.
    Ton.

  9. Luisa Rodríguez G. Novelúa

    Un enfoque muy original, Héctor; invita a la reflexión. La ciencia puede abordar todo lo material, cómo se comportan las lágrimas, con o sin gravedad. Pero, ¿cómo medir o pesar los «efluvios salobres del alma»? ¿Y que sintió realmente el astronauta cuando contemplo el planeta color azul-milagro?
    Me ha gustado mucho. Mucha suerte!

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